Productores soportan larga espera por el hule
Cultivos no registran crecimiento por su tardía cosecha; la Cuenca sólo alberga 6,500 hectáreas
Desde hace 54 años los sembradíos del árbol de hule forman parte de la vegetación agrícola y ambiental de la Cuenca del Papaloapan, donde actualmente existen seis mil 500 hectáreas, y poco más de mil 400 productores forman parte de este sector.
Los árboles del hule, que alcanzan hasta los 25 metros de altura, ofrecen una producción de 35 años para el campesino; la primera producción se obtienen después de siete años.
Antes de la primera zafra, huleros de los 12 municipios productores aprovechan la tierra entre cada hilera de árboles como campos para sembrar maíz o frijol.
En el año de 1963, por medio del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), se plantó por primera vez el árbol del hule en el estado, para ello se ocuparon mil hectáreas de forma experimental, de acuerdo con datos del Sistema Producto Hule de Oaxaca.
El periodo ideal para la pizca de hule es entre los meses de julio a febrero, la cual debe realizarse sin lluvia y sin la intensidad del sol, así el proceso es más rápido y evita que el hule se seque cuando se realiza el corte a los árboles.
Atrapado en el hule
Pablo Flores Mendoza, productor de hule desde hace 53 años, explica que permanecer en este sector ha implicado vencer la curiosidad por sembrar caña que tiene un periodo de cosecha más corto.
Según datos del Consejo de Administración de la Beneficiadora y Comercializadora de Hule de Oaxaca, S.A. de C.V. (BYCHOSA), Pablo Flores es uno de los 700 productores, de los más de mil que integran el consejo que mantienen activas sus siembras, el resto están sin producción a falta de recursos económicos para su mantenimiento.
El hombre confiesa que en sus inicios como productor de hule lo invadió la desesperación por el largo periodo para tener la primera cosecha. Tener dinero en seis meses por el corte de caña parecía una mejor inversión, pero en ese tiempo aprovechó el campo para intercalar las siembras.
“A partir de que hay hule, cada semana hay una lanita, mientras, también ya tuviste para comer de otros cultivos”, expresa el campesino de Tuxtepec, quien comparte esta experiencia con sus compañeros productores de San Miguel Soyaltepec, Cosolapa, Acatlán de Pérez Figueroa, Valle Nacional, San José Chiltepec, Ayotzintepec y Santa María Jacatepec.
En 1964, Pablo Flores comenzó con dos hectáreas de hule, relata que tiempo después el gobierno federal estableció que el pequeño productor debía tener como mínimo tres hectáreas para recibir apoyos y para que valiera la pena el tiempo de espera. No obstante, sólo una vez ha recibido ayuda en más de 50 años que lleva como productor.