De hermana a madre por la migración

La migración femenina mexicana a Estados Unidos del Consejo Nacional de Población (Conapo), publicado en 2013, en 2012 radicaban en ese país 11.9 millones de mexicanos, de los que 46% eran mujeres. Esther, madre de tres, era parte de esta cifra

La vida de Saide transcurrió entre obligaciones.
Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
Municipios 09/05/2019 10:00 Yuridiana Sosa San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca Actualizada 12:18

Saide es madre de sus hermanos desde hace 15 años. Su juventud transcurrió entre su meta de ser profesionista y la de criar a sus dos hermanos menores ante la ausencia física de sus padres, ambos migrantes.

Ella no ha escuchado de Dan y Zael decirle mamá, pero siente y vive el reconocimiento de ambos por desempeñar el rol que asumió a los 20 años, cuando aún iba a la universidad.

De acuerdo con el análisis La migración femenina mexicana a Estados Unidos del Consejo Nacional de Población (Conapo), publicado en 2013, en  2012 radicaban en ese país  11.9 millones de mexicanos, de los que 46% eran mujeres. Esther, madre de tres, era parte de esta cifra.

Compartir la maternidad a distancia fue difícil:  “Mi mamá es como el padre, que nos provee de un ingreso y yo como la madre, al ser responsable de todo lo que ocurre en casa”, dice la joven de 35 años.

Este año será otro Día de las Madres separados, pero el regreso de Esther está por cumplirse este 2019; es el plan. Eso significa sólo postergar la fecha de la celebración que por más de una década quedó eliminada en la familia.

 El Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante (IOAM) estima que en Estados Unidos habitan alrededor de 2 millones de oaxaqueños.  Datos sobre la repatriación dan un panorama: de enero a febrero de este año, la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob) contabilizó un total de 3 mil 2 oaxaqueños, de los que 486 son mujeres y 2 mil 516, hombres.

El IOAM revela que la migración en las mujeres está relacionada con escapar de la violencia doméstica y del crimen organizado, así como para encontrar un empleo mejor remunerado que en México, como fue en el caso de Esther, quien a través de múltiples empleos, como niñera o  intendente, logró que sus dos hijos mayores concluyeran sus estudios.

Madre de crianza. “Mi mamá es una mujer muy trabajadora”, reconoce Saide, quien vio las manos  curtidas de trabajo de su mamá en tres ocasiones que la visitó; la primera vez tras 10 años de no verla. Con lágrimas en el rostro, la joven cuenta que dejar de ser hermana de un día a otro representó un giró total en su vida.  Uno de los retos fue ganarse el respeto como autoridad en la familia. 

Su tiempo como mamá no le ha permitido mantener una relación sentimental con alguien. La prioridad son sus hermanos, pues entendió que debía darle  cuentas a su madre.

Saide  hoy se siente orgullosa que al regreso de su mamá encuentre dos hijos profesionistas y uno a punto de serlo: “Siento y comparto las emociones como cualquier otra mamá sobre la crianza de un hijo... lo hago con amor y no tengo nada que reprochar”, afirma.

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