Con figuras para adultos y hasta de coronavirus, piñateros resisten la crisis en Juchitán
Derivado de la pandemia de Covid-19 que obligó al cierre de medios impresos, enfrentan escasez para sus creaciones

Juchitán de Zaragoza.– “Qué bonito quedaste. Anda, ve, divierte a los niños”, es lo que les dice Noemí Luis Zaragoza a sus piñatas cuando las termina, así demuestra el amor que le tiene a sus creaciones y a su trabajo.
Para Noemí, la piñata es símbolo de alegría y diversión en hogares, hospitales y hasta cárceles. Durante 21 años elaborando piñatas ha visto su evolución, desde las tradicionales zanahorias, estrellas y flores de ollas de barro, hasta las que se rompen en despedidas de solteras.
Los cambios, dice esta mujer que llegó a Juchitán hace 35 años, se dieron paulatinamente en los modelos, principalmente por películas y caricaturas.
Foto: Roselia Chaca
Además, los adultos también han optado por solicitarlas. Es decir, pasó de un elemento de fiestas infantiles a protagonista en celebraciones con adultos.
El taller de Piñatas Kelly se ha adaptado a todos estos cambios, tan es así que en los últimos meses les han solicitado piñatas con forma del coronavirus.
También han elaborado figuras que representan la herramienta de algún oficio, como un tractor, o hasta un gallo de pelea; incluso, ha hecho con forma de pene para despedidas de soltera.
“Sí es notoria la evolución, ahora ya las piden mucho las señoras o para despedidas. Nos piden temáticas y de grandes dimensiones, de hasta tres metros. Este fin de año nos pidieron del coronavirus”, comenta Noemí sin dejar de mover las manos sobre una piñata en forma de estrella.
Foto: Roselia Chaca
Piñatas Kelly es una empresa familiar en donde participa no sólo Noemí, sino también sus hijos y su nuera, además de cuatro trabajadores. Aquí arranca el modelado de figuras con papel u olla, que luego serán cubiertas con papel de colores.
Elaborar una piñata puede tardar desde tres horas y hasta dos días, dependiendo del tamaño y el personaje. El papel es un elemento indispensable para las piñatas, más que las ollas de barro, aunque éstas suelen ser más baratas, pues con las de papel dura más la diversión, ya que tardan en romperse y todos participan.
El costo de una piñata va de los 120 pesos, las de olla y elaboración austera; pasando por las de 350, un poco más coloridas, y llega hasta las de 900 pesos, de dimensiones enormes y mayor complejidad en su elaboración.
En el último año, la escasez de papel periódico ha metido en aprietos a los piñateros, pues al cerrar algunos medios de la región ante la crisis, se dejó de utilizar papel, por lo que ahora usan libros, revistas y libretas.
La crisis también les pegó de frente, pues por varios meses cerraron el taller y mandaron a descansar a los trabajadores; fue hasta en los últimos meses del año que se reactivaron las festividades en entornos más familiares.
Foto: Roselia Chaca
“Como todos los comercios cerraron, nosotros dejamos de tener pedidos, porque vendemos de mayoreo en tiendas y mercados de la región. A pesar de que en diciembre ya comenzaron las fiestas, tuvimos una disminución en ventas, estamos resistiendo a la crisis y así seguiremos”, dice.
En este 2021 , dice preocupada Noemí, los productores de piñatas no saben cómo será el panorama por la pandemia, sobre todo para enero, febrero y abril, que son meses considerados muy buenos para las ventas, por las multiples fiestas.