“Mañana mismo comenzamos”, fue la respuesta que le dio Enrique Peña Nieto a Cándido Carrasco cuando el convoy presidencial  se detuvo frente a su vivienda derrumbada por el terremoto de 8.2 grados. Al anciano no se le olvida que el Presidente le prometió que le levantaría su casa.

Han pasado más de dos meses y nada (...) Lo que recibió fue un folio de daño total y 120 mil pesos para levantar una casa modesta que no se compara en dimensiones ni en costo con la que poseía  antes del 7 de septiembre, una casa tradicional de teja con un valor de más de 300 mil pesos.

La situación de Cándido, un pintor de estandartes, llamó la atención de un grupo de jóvenes grafiteros denominado  “Colectivo Bicu Yuba/Perro Rabioso”, quienes lo propusieron como uno de los 10 beneficiarios de un proyecto de construcción de viviendas antisísmicas que realiza una empresa de Manzanillo, Colima, en coordinación con un taller de arquitectura internacional.

Contecon Manzanillo es una empresa de contenedores que  se sumó a la reconstrucción de Juchitán y ofreció levantar 10 viviendas en la Octava y Novena Sección. A ellos se unió  el arquitecto  Joao Boto Caeiro con su rOOtStudio. Ambos construirán para Cándido una vivienda de 9.6 metros de largo por seis metros de ancho que incluye una sala central donde estará el Yoo bidó (casa de los santos), dos cuartos, una cocina y un baño exterior, con un costo de 235 mil pesos.

Los benefactores pondrán la mano de obra,  estudios de suelo, y el acero antisísmico y resistente al viento. Cándido aportará  su apoyo federal (él lo administra) y con ello pagará  el recubrimiento con ladrillos de  la estructura y los acabados. Se tiene programado que Cándido reciba su nueva casa el 20 de diciembre, junto con otras cuatro familias beneficiadas.

Otras opciones 

A una reunión vecinal, un día llegó un representante del Grupo Carso  para ofrecerle a Gonzalo Hernández Santiago y a su familia un prototipo de vivienda en donde sólo invertiría  100 mil pesos de los recursos recibidos del Fonden. El costo restante de la casa correría por cuenta de la empresa del hombre más rico de México: Carlos Slim.

Gonzalo no lo pensó. De vivir en una casa de nylon que el gobierno de China le regaló,  prefirió dejarlo todo en manos de Carso. Asegura que al  final tendrá una casa pequeña, la mitad de lo que fue su antigua vivienda, pero que al menos  tendrá donde resguardarse.

“Esos 120 mil pesos no me van alcanzar ni para construir una pajarera,  peor si le meto mano y lo empiezo a pellizcar para comer con mi familia, mejor que ellos lo agarren y me construyan mi casa, es seguro y ellos son formales, creo que es lo mejor dentro de tanta tragedia”, explica.

La propuesta de vivienda contempla una superficie de cuatro por 12  metros que incluye sala,  cocina, comedor, baño, lavadero y  dos cuartos. Aunque los arquitectos ya verificaron el solar, aún  no inician los trabajos debido a los trámites  de permiso  para construcción del Ayuntamiento.

Un proyecto similar es “Mi hogar tradicional”, que  ofrece la constructora Felipe Rasgado y Asociados, ya tiene 10 clientes y  ofrece viviendas de tabicón macizo, concreto hidráulico y aceros de refuerzo. Son cinco los prototipos  cuyo preció arranca en 120 mil pesos y varía en función de la superficie. Con ello, asegura la empresa, buscan ayudar a los afectados a administrar sus recursosos inteligentemente.