El director de la primaria Juan Salomón Canales informó que para no perder clases se determinó construir los espacios de carrizo, un material liviano que abunda en la zona y con el que antes construían las casas de los huaves.

“El gobierno promete muchas cosas, pero no cumple. A nosotros nos dijo que nos iba a reconstruir las aulas y nada, no han hecho nada,. Los niños no podían regresar a los salones cada vez más dañados porque, como sigue temblando, las fisuras se siguen abriendo; pero tampoco podían seguir sin clases", destacó.
El académico dijo que "estaba el riesgo de perder el año escolar, así que los padres se organizaron y construyeron las aulas. No es lo ideal, pero es un lugar que los resguarda de los fuertes vientos que azotan la zona; esto es temporal, porque confiamos que nos repararán la escuela”.
Para la construcción de las 10 aulas, las familias se organizaron en 10 grupos de 26 personas y tardan 15 días. Utilizan el material que ellos mismos aportan, como carrizo, palma y troncos de árboles. Los 400 alumnos se distribuyen en dos turnos. El primer turno recibe clases de 8 de la mañana las 12 del día; el segundo, de una de la tarde a cinco de la tarde.
Los alumnos y maestros que más sufren por el mal tiempo son quienes asisten en el turno vespertino, ya que los fuertes vientos han alcanzado velocidades de 170 kilómetros por hora y las rachas azotan las aulas.

En el último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se detalló que de los 14 mil habitantes de San Mateo del Mar, 89% vivía en pobreza, y la condición de rezago educativo afectó al 40% de su población, lo que significa que seis mil 123 huaves presentaron esta carencia educativa.
En el municipio se cuenta con 15 preescolares, 16 primarias, cuatro secundarias y un bachillerato; todas acondicionaron aulas de carrizo para regresar a clases después de dos meses, aunque la que más tardó fue la Primaria Emiliano Zapata.