Sol Rojo indicó que el "Plan para el Desarrollo del Istmo", como se llama oficialmente al proyecto, no han sido informado ni consultado con los pueblos y comunidades indígenas ni con los asentamientos populares a las orillas del trazo, que se verán afectados con las obras.
Aseguraron también que no se les ha brindado certeza jurídica sobre las acciones, obras y decisiones que conlleva este megaproyecto.
Foto: Cortesía
El “Plan para el Desarrollo del Istmo” sigue la línea de anteriores proyectos que se trataron de impulsar en la región, y aue fueron nombrados Proyecto Alfa-Omega, Plan Puebla-Panamá, Proyecto Mesoamericano y Zonas Económicas Especiales, —Salina Cruz y Coatzacoalcos—, en función de cada administración federal que intentó concretarlo.
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"Por supuesto, ninguna de estas obras millonarias (donde se invierte dinero público) es en beneficio de la población local ni del pueblo de México; todas ellas pertenecen a compañías transnacionales gringas, canadienses y europeas, algunas también asiáticas. Por tanto, es claro que el progreso y las riquezas se irán a otros países, a manos de la oligarquía, compartiendo ganancias con la burguesía criolla, mientras que a los pueblos se les despojará se sus tierras y territorios para convertirlos en el mejor de los casos en peones mal pagados”, acusa la organización.
También asegura que este proyecto convierte sus comunidades “en grandes burdeles donde la delincuencia organizada, la violencia, la prostitución, las adicciones y la descomposición del tejido social serán nuestra nueva normalidad, explica el documento.
Eliot Escobar, recalcó que en Salina Cruz se pretende desalojar de sus viviendas a las familias que viven a las orillas de la vía férrea, con la promesa de pagarles algunos meses de renta, pero que nadie les da certeza jurídica sobre su derecho a una vivienda digna, como lo marca la constitución.
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En tanto, señalaron que en las zonas Oriente y Norte del Istmo de Tehuantepec, respectivamente, la modernización de las vías férreas y demás infraestructura ferroviaria están impactando en la forma de vida de comuneros, ejidatarios, campesinos pobres y pescadores; ya sea por la afectación directa sobre el medio ambiente, le llegada de grupos delincuenciales, el despojo de territorios y recursos naturales, y el desmantelamiento de la propiedad social de la tierra.
"En el Sur, el Oriente y el Norte del Istmo, el tren de los extranjeros está siendo rechazado por el pueblo pobre, lo mismo que ocurre con el megaproyecto del mal llamado “Tren Maya”, que tampoco es de los mayas. Por esta razón, se está desarrollando el Primer Paro Regional Campesino-Popular, unificado, simultáneo y combativo este 15 de julio”, finaliza la misiva.
Actualmente, las obras del Transístmico avanzan en cuatro de los cinco tramos de vía, a excepción del tramos cuatro que va de San Juan Guichicovi a Matías Romero, pues comunidades mixes frenaron la obra para exigir que se les consulte sobre los impactos ambientales. Por lo anterior, desde este domingo se realiza una serie de asambleas informativas en diferentes comunidades; sin embargo, los campesinos exigen una consulta.
Este domingo EL UNIVERSAL Oaxaca dio a conocer que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) asegura que la consulta indígena sigue en pie, pues fue suspendida por la pandemia, pero que aún no hay fecha para arrancarla.