En plena pandemia, incendio forestal dejó sin agua a pobladores de Tepejillo

Israel Rojas regresó a Santos Reyes Tepejillo para huir del Covid-19, la pandemia que golpea a las urbes del mundo. Con 17 años y estudiante de la Universidad de Chapingo, Israel se refugió en este municipio de la región Mixteca y se reintegró a las actividades de la vida comunitaria.

Fue realizando una de ellas, la defensa del bosque ante un incendio forestal como no se había visto en 20 años, la que le causó la muerte, pues quedó atrapado entre el fuego cuando éste alcanzó las copas de los árboles centenarios de Tepejillo. 

Junto con Israel, en el incendio que devoró más de 3 mil 500  hectáreas de bosque de coníferas, murieron otras ocho personas, incluido Lorenzo Rojas, su padre, quien había desempeñado un cargo como parte  del Comisariado de Bienes Comunales y que había servido como presidente municipal. Los dos murieron tratando de que el fuego no se extendiera por el bosque de Tepejillo.

“Es una familia muy apegada a la vida comunitaria, a la que hay que integrarse desde que ya se tienen las fuerzas para trabajar y participar en tequios y otras actividades, una de ellas es el combate a los incendios”, cuenta a EL UNIVERSAL Verónica Morales Luna, suplente del Presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Tepejillo.   

Foto: Comisariado de bienes comunales de Tepejillo

Pero en esta comunidad de apenas mil habitantes, que perdió de golpe a nueve de sus hijos, el duelo y la tristeza han tenido que esperar, porque el incendio que consumió su territorio también les trajo otra emergencia: el fuego destruyó la infraestructura hidráulica que les llevaba el agua desde los tres manantiales que existen al interior del bosque hoy calcinado, por lo que se han quedado sin agua en estos tiempos de emergencia.    

“Se siente un sentimiento de tristeza, de pesar generalizado. Fueron nueve fallecidos, al ser un pueblo pequeño todos pasan a ser familiares de todos”, cuenta Verónica poco antes de explicar que ahora la comunidad debe enfrentarse a la falta de agua.  

“Tenemos una necesidad muy grande, el bosque que se incendió es el que provee de agua a la comunidad de Tepejillo. En ese bosque hay tres manantiales que suministran el líquido y con el fuego las mangueras y tuberías se derritieron. Ahora, esa es una de las primeras necesidades de la comunidad”, explica esta mujer que desde el pasado 9 de abril apenas descansa, pues el fuego está controlado, pero sigue presente en pequeñas lumbreras que nacen de la tierra por las raíces de los árboles que aún siguen consumiéndose. 

Ante esta nueva contingencia en Tepejillo, la autoridad agraria hace un llamado a las dependencias de gobierno competentes para que se reponga la infraestructura y pueda volver a bajar el agua. 

“Además de la pérdidas humanas, está la contingencia por falta de agua, los conductos quedaron destruidos y nos quedamos sin el líquido en plena pandemia de Covid-19”, lamenta. 

No fue la única afectación. El poderoso incendio de copa que nació el 8 de abril en el núcleo agrario de Santiago Juxtlahuaca, vecino de Tepejillo, también les trajo carestía y dificultad de conseguir alimentos y víveres a las familias de la comunidad, pues el acceso se complicó por el aislamiento por el coronavirus.

Las otras pérdidas

Con el fuego aún como amenaza, las autoridades agrarias de Tepejillo, que representan a 540 comuneros,  enfrentan también al reto de conseguir los recurso para, luego de pagar los gastos funerarios, brindar una pequeña indemnización a los combatientes muertos en el incendio, uno de ellos Florencio Villa, de 40 años e integrante del Consejo de Vigilancia. 

La preocupación se debe a que se les informó que existe un seguro de vida para quienes murieron por el fuego, pero hasta ahora no saben con qué instancia deben acudir. Tampoco sabían, por ejemplo, que por el incendio forestal, la Federación emitió una Declaratoria de Emergencia para su municipio, por lo que tienen derecho a los recursos del Fonden. 

Otro de sus pendientes es que hasta el momento no se han cuantificado las pérdidas animales y vegetales por el fuego: “El bosque es un espacio donde conservamos al venado cola blanca, halcones, orquídeas. Esa pérdida no se puede cuantificar aún”. 

Hasta el 15 de abril, Oaxaca había registrado 103 incendios forestales, algunos continúan ardiendo.

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