
Las mujeres comienzan la vendimia a partir de las siete de la mañana ofreciendo guisados y caldo de iguana, armadillo horneado, carnes asadas, costillas, conejo asado, barbacoa de borrego, consomé, tlayudas, tamales, el tradicional estofado, un guiso propio de la población y que sólo se elabora para eventos especiales, como bodas y misas.

Los precios son accesibles para todos los bolsillos porque la intención es crear un espacio regular para las mujeres que buscan reactivar su economía que cayó después del sismo , ya que muchas de ellas perdieron casas y cocinas, que muchas aún no reconstruyen, explicó Roldan Figueroa, coordinador del proyecto “Yoó Béñe”.
La agrupación trabaja principalmente con mujeres de esta población zapoteca que ha emprendiendo talleres sobre hornos solares y la elaboración de ladrillos de adobe para la reconstrucción de viviendas, ahora impulsan el mercado gastronómico.
