Durante tres meses, Glafira y sus compañeros estuvieron confinados en sus casas. Obedecieron al pie de la letra el cierre del servicio turístico, y aunque no perdieron el trabajo, el apoyo que recibieron del dueño del restaurante (despensas y un salario mínimo) no fue suficiente para sobrevivir, así que muchos se regresaron a sus comunidades a sembrar el campo o realizar trabajos en la construcción. Otros, como ella, dependieron económicamente de sus familiares, pasando hambre y estirando lo más que pudieron las despensas.
“Sentimos miedo cuando todo se cerró, porque de esto vivimos, del turismo. No perdí mi trabajo pero apenas tuve para sobrevivir con mi madre, mientras mi hija enfermera también luchaba por sobrevivir, pues trabaja en un hospital Covid en Acapulco. En estos tres meses amigos de mi hija han muerto y familiares se han contagiado”, dice entre lagrimas la mujer a EL UNIVERSAL.
Foto: Edwin Hernández
Es por eso razón que ahora que regreso al servicio, Glafira usa en todo momento la protección. “Tengo miedo porque el riesgo es grande, por eso todo el día traigo mi protección, no sólo por mí, también por los clientes”, confiesa mientras muestra el protocolo de salubridad instalado en el restaurante.
Foto: Edwin Hernández
A unos kilómetros de distancia de La Entrega, Carlos Javier Cárdenas Ortega, dueño del restaurante “El Camarón Gigante” en Bahía Maguey, tiene mucha fe en que la reactivación económica comience a elevarse conforme avancen las semanas y que la seguridad sanitaria se mantenga como hasta ahora; pues de los 14 destinos de playa más importantes del país, Santa María Huatulco es el que menor número de contagios de Covid-19 registra.
Carlos apechugó y obedeció la ordenanza del gobierno municipal de paralizar la principal actividad económica, el turismo. Reconoce que fue difícil mantenerse cerrado por tres meses y apoyar a sus empleados, pero dice que no aguantaría más si por el regreso de la entidad a semáforo rojo las autoridades volvieran a decretar un cierre de las playas. Pese a ello, reconoce que el confinamiento y la pausa de las actividades humanas le dio un respiro al mar y a la naturaleza.
“Todos obedecimos y cerramos, aunque nos iba afectar mucho y así fue. Al final ganamos más, la naturaleza se limpió, la playa en esta zona es distinta, se recuperó en tres meses la zona de almejas, se volvieron a ver cazones, tortugas. Hoy Bahía de Maguey está más oxigenada, más limpia y queremos que así siga, porque esto también es atractivo para el turismo.”, explica el restaurantero.
Foto: Edwin Hernández
Originarios de la Ciudad de México, una familia conformada de padres jóvenes y una pequeña niña descansan con el sonido de las olas. Prefieren no dar su nombre, pero reconocen que se sienten seguros al ver que las medidas sanitarias se respetan en todo lugar.
Pero aunque los visitantes confían que el destino es seguro, aún es poca aun la afluencia que tiene, concentrándose en turismo nacional, de la Ciudad de México y Puebla; sobre todo si si compara con años anteriores, en los que estas semanas eran las de mayor ocupación.
“Tenemos un 15% de visitantes, están llegando confiados, eso es muy bueno para nosotros, pero es poco, y eso que somos el destino más seguro, con menos contagios. Por ejemplo, en Puerto Escondido tienen más de 80 casos y Acapulco más de 5 mil contagios”, dice el restaurantero Carlos Cárdenas Ortega.
De acuerdo con el programa de monitoreo Observatorio Turístico de Santa María Huatulco, de los 14 destinos de playa en México, Huatulco figura como el que menos contagios del virus ha acumulado en 4 meses, apenas 45 y un sólo caso activo, resultado de que tanto la iniciativa privada como la sociedad y las autoridades municipales respetaron el confinamiento sanitario desde que que se decretó.
De acuerdo con ese monitoreo, Acapulco, Guerrero, tiene más de 5 mil 303 casos y 690 fallecidos; en Quintana Roo, Cancún suman 3 mil 314 y 635 muertos y Playa del Carmen acumula 967 contagios; mientras que Mazatlán, Sinaloa registra mil 937; La Paz, Baja California Sur, lleva mil 603 casos; y Puerto Vallarta, Jalisco, llegó a 973 casos y 107 fallecidos por Covid-19.
Foto: Edwin Hernández
Pero aún no se puede echar campanas al vuelo pues el propio gobernador Alejandro Murat advierte que se vigila la región Costa ante el riesgo de que con los visitantes llegue un aumento de los casos, mientras que Ricardo Pacheco, regidor de Turismo de Huatulco y a cargo del monitoreo, señala que la recuperación y ocupación turística será paulatina.
Según el funcionario municipal, se espera alcanzar una relativa normalidad y una ocupación al 70% para el mes de diciembre, siempre que se continúen respetando los protocolos de seguridad en todos los rubros. La semana pasada la ocupación fue apenas de un 6%, para este fin está se calcula entre el 12% y 15%. Para el próximo mes, se proyecta un aumento y que llegue al 20%.
“Es lento, pero vamos avanzando, arrancamos con la nueva normalidad con 6 %, de ocupación y con la posibilidad de abrir al 50% de capacidad en los servicios. El próximo mes llegaremos a un 20% y así iremos aumentando y transitando hacia la nueva normalidad. Huatulco vice del turismo y tenemos que regresar, pero con orden, protegidos y con protocolos específicos”, explica el regidor.
“Creo que todos aquí lo entendimos, el resultado son los números, estamos con menos contagios en el estado y eso que tenemos mucha movilidad”, agrega mientras muestra las tablas comparativas con otras playas de México.
El costo económico de esas ausencias se estima en 4 mil 968 millones de pesos y la pérdida de 8 mil 195 empleos directos, de los cuales se contabilizan 3 mil 825 en hoteles, 3 mil 916 en establecimientos de alimentos y bebidas y, 454 empleos en otros giros como agencias de viajes, transportadoras turísticas y guías.
Foto: Edwin Hernández
También se estiman afectaciones a más de 20 mil 487 empleos indirectos generados por la actividad turística en Huatulco. Mientras que, con un promedio de ocupación mensual de 66.15%, el impacto en la industria hotelera se estima en la cancelación de más de 341 mil 644 cuartos-noche, asumiendo un coste económico superior a los 962 millones de pesos.
Por su parte, el impacto económico en el sector de servicios marítimos de recreación, durante el periodo de cuarentena se estima en más de 89 millones de pesos. Así mismo, 11 cruceros turísticos cancelaron el arribo programado al muelle de Santa Cruz, que frenó la afluencia de 29 mil visitantes y una derrama económica de 31 millones de pesos.
De toda esa pesadilla, es de la que busca despertar Huatulco.