En San Mateo, huaves reciben a sus "angelitos"

Los altares a niños difuntos son discretos y no se les pone comida como a los adultos

Foto: Klaus Mendoza
Municipios 31/10/2019 21:15 Roselia Chaca San Mateo del Mar, Oaxaca Actualizada 21:55

Los altares familiares en hogares católicos de esta población huave son sencillos y discretos, a diferencia de los altares escalonados de los zapotecas que son más grandes y estallan en colores.

En su comunidad el ritual comienza este 31 de octubre con la visita de las almas de los niños que bajan con los papalotes que levantan los vientos del norte.

Los que reciben a los angelitos, como los llaman, colocan solamente en los altares un par de velas, flores, frutas y panes; a las almas pequeñas no se les pone comida como a los adultos, tampoco se mezclan con ellos, pues el 1 de noviembre es el día de las almas grandes, y para ellos se les prepara otra mesa especial, esa sí cubierta de bebidas y comida, principalmente tamales y productos del mar.

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Foto: Klaus Mendoza

El altar de los niños tiene unos panes especiales que simulan animalitos, algunas familias colocan dulces, y nunca falta la jícara con agua. Hay frutas de todas las variedades según la economía familiar, pero las manzanas y plátanos son los que sobresalen.

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Foto: Kalus Mendoza

El 1 de noviembre, en San Mateo del Mar, en punto del mediodía, las campanas del pueblo repican para anunciar que las almas grandes han llegado, es entonces que las casas abren sus puertas para que entren y reciban las ofrendas. Al siguiente día, las almas regresan con las primeras horas del día, también montados en papalotes que los niños vuelan en el pueblo. 

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