En el Istmo, donde los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) contabilizan 528 muertes, nadie se explica por qué se ha retrasado la vacunación, mientras que en otras regiones de la entidad ya se ha aplicado, incluso, la segunda dosis.
La demora, señala el médico Jorge Florentino López, podría deberse a una “mala estrategia” o a un “castigo” al Istmo, una región que siempre ha sido y es rebelde contra el poder.
La idea del médico no es descabellada, pues han sido esos mismos trabajadores de la salud los que han exigido medicinas, insumos y contratación de personal especializado, y lo han hecho con marchas y la suspensión de sus labores.

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“Preguntamos cuándo vacunarían a los 785 compañeros que aún no reciben la primera dosis [contra el Covid] y cuándo se aplicaría la vacuna a las personas de la tercera edad. “‘Por ahora, la vacunación está suspendida’”, fue la respuesta que recibieron, dice el médico Lorenzo Carrasco, dirigente sindical de la Subsección 2.
Para Jorge Florentino López esta situación no puede extenderse, pues la entidad aún vive un escenario crítico ante la pandemia: “Oaxaca tiene el mayor número de médicos fallecidos por Covid en el país y en este primer trimestre del año se observa la escasez de medicamentos en el sector Salud.
“No hay antiinflamatorios ni tampoco antibióticos y aunque la vacuna no será la panacea, deben apresurar su aplicación”.
Todo parece indicar, explica por su parte el médico Margarito Aquino, quien desde su clínica particular ha tratado con éxito a pacientes de Covid-19, que hay una mala estrategia de vacunación y que el tema se está politizando en el Istmo.
“Lo que deben hacer las autoridades de los tres niveles de gobierno es serenarse y empezar a vacunar”, advierte.

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El médico Hasael Matus, presidente municipal de El Espinal, lamenta que la región istmeña esté siendo postergada en la aplicación de la vacuna que ya se está aplicando en otras regiones con menos contagios y fallecimientos por el virus.
“Hemos hablado con la gente de los SSO y con la de Bienestar para que apuren la vacunación, pero nadie dice nada”, indica.
Agrega que, como autoridades, han ofrecido todo el apoyo logístico para definir los horarios y los lugares, “pero desde Bienestar nos dicen que ya traen todo, que ya están programando las fechas para la vacunación, pero todos los días los abuelos o sus hijos nos llaman para preguntar cuándo llegarán las vacunas al Istmo. ¿Qué les podemos responder?”.
En el municipio zapoteco de Unión Hidalgo, donde primero 15 personas de la tercera edad ganaron un amparo para ser vacunados y este lunes se sumaron otros 300, la encargada de la presidencia, Ana Laura López, cuenta que desde la Secretaría de Bienestar quedaron de avisarles cuándo comenzarían a vacunar a unas mil personas de 60 años. “Aún no dicen”, aclara.
Ante esta falta de claridad, Juan Carlos Atecas Altamirano, presidente municipal del puerto de Salina Cruz, que desde el inicio de la pandemia el año pasado se destacado como una de las ciudades del Istmo más golpeada por el virus, aventura que las autoridades responsables de la vacunación, aplican el criterio de inmunizar donde hay más casos de contagios y fallecimientos, pero tampoco tiene respuesta cuándo se le pregunta sobre las fechas.
Vilma Martínez Cortés, presidenta de Santo Domingo Tehuantepec, la tercera ciudad de la región con más contagios y muertes de la región, después de Juchitán y Salina Cruz, comenta que desde la Secretaría de Bienestar sólo le informaron que ya tenían definidos unos siete puntos para aplicar las dosis, pero no le han dicho cuándo. “No tienen fechas”, menciona.

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“Sí nos preocupa que no lleguen las vacunas”, admite Juan Blas, representante de los 700 comerciantes del Mercado 5 de Septiembre de esta ciudad juchiteca, donde en julio pasado se registró un brote que los hizo cerrar por tres semanas.
“Nos preocupa mucho porque estamos viendo que en otras regiones ya aplicaron las dos dosis y nosotros no tenemos ni la primera. En el mercado tenemos 200 abuelos”, lamenta.
En tanto, jubilados del magisterio de seis delegaciones que agrupan a 7 mil docentes en retiro empezaron a consultar con sus agremiados sobre qué acciones deben realizar para que las autoridades se acuerden de ellos y de que forman parte de la tercera edad.
“Creo que vamos a hacer lo que aprendimos en activo, que es cerrar carreteras”, advierte José Luis Lagunas.