Luis, que prefirió ese nombre para evitar represalias, es dueño de una marisquería en La Crucecita, no forma parte de ninguna asociación de prestadores de servicios oficiales en Santa María Huatulco, no comulga con las políticas de las organizaciones turísticas, pero tampoco es ajeno a las decisiones que se toman en torno a las playas y los restaurantes ligados al giro; por ello, la determinación del cierre drástico y sin consenso previo le molestó.
“Nos agarró por sorpresa, nosotros nos enteramos por las redes de la decisión que tomó el presidente un día antes, ni siquiera nos consultó. Claro que nos molestó, por eso nadie obedeció, creo que desde un principio se podía regular las playas con horarios, los restaurantes con protocolos, como al final lo realizaron. Que me perdonen los demás municipios, pero Huatulco es el principal destino de playa en el estado”, comentó.
Después de tres días de debate, de que los prestadores de servicio mantuvieran la desobediencia, se acordó una limitada apertura para no asfixiar a los que viven del turismo; ahora, están enfocados en revertir el mensaje del cierre para salvar las vacaciones.
Además, resaltó que la preocupación y exigencia de los prestadores de servicios es la ampliación de los servicios hospitalarios, ya que siguen dependiendo del Hospital Regional de Pochutla, que da atención a más de 200 mil habitantes de 14 municipios, por lo que considera ridículo que en plena emergencia sólo existan ocho camas para enfermos Covid-19.