Hay Semefos viejos, como varios en Chiapas que fueron construidos hace 20 años o en Baja California Sur, donde dos de cuatro iniciaron en la década de los 80.
Durante años, el Semefo de Fresnillo, Zacatecas, llegó a practicar las necropsias en el Panteón Municipal por falta de instalaciones. Y el de la capital tenía una antigüedad de 34 años. Ahora, ya los modernizaron. Por la misma situación pasó el de Torreón, que estaba ubicado en el sótano del Hospital Universitario, donde los cuerpos llegaron a apilarse uno encima de otro.
En Michoacán, Aguascalientes, Tabasco, Tamaulipas, Puebla, Tlaxcala y Chihuahua las autoridades afirman no tener problemas de saturación. De hecho, Tabasco, que está dividido en 17 municipios, tiene un total de 24.
Guanajuato tiene cinco Semefos, aunque la procuraduría se negó a dar más información. Tampoco las procuradurías de Nuevo León y Nayarit dieron informes.
Ante la falta de instalaciones, las autoridades estatales se ven en la necesidad de realizar convenios con funerarias, sobre todo en las regiones o municipios alejados. Coahuila, Hidalgo, Sonora, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí y Sinaloa son algunos estados que tienen que recibir ayuda de funerarias.
En Sinaloa existe uno en Culiacán y otro en Mazatlán y Sonora cuenta con dos. En Quintana Roo hay cinco, pero en la zona Maya utilizan una funeraria.
Entidades como Coahuila, Michoacán, Puebla o Tabasco tienen regulado que a las 72 horas de no haber sido reclamado un cuerpo, éste puede ser enviado a la fosa común. Sin embargo, hay entidades más flexibles, como Hidalgo, donde albergan un cuerpo desde 2012. Según la Ley de Salud del país, no existe plazo cuando se trata de muertes violentas.
En Jalisco los cuerpos pueden durar hasta seis meses; en Yucatán y Baja California, 30 días. En Morelos, dos meses; en Aguascalientes, tres meses; en Michoacán, entre tres o cuatro meses, y en Oaxaca no hay plazo.