Los datos muestran que, aparentemente, las escuelas normales tampoco están formando suficientes docentes de educación especial en sus diferentes áreas: intelectual (4 mil 513 matriculados), auditiva y de lenguaje (2 mil 251 matriculados), motriz (582 alumnos) y visual (553 estudiantes).
A partir de 2013, con la instalación del examen de ingreso al Servicio Profesional Docente, se hizo posible que cualquier profesionista pueda aspirar a ser maestro de educación básica con cero años de formación inicial pedagógica. Ante esta decisión, surge la necesidad de brindarles un acompañamiento más cercano en su práctica pedagógica y capacitación continua.
Ambas acciones se traducen en costos financieros y humanos para enseñar aspectos tan básicos como planeación didáctica, organización de secuencias didácticas y reflexión sobre la práctica para que estos profesionistas reconozcan sus alcances y limitaciones, detalla el documento.
Las condiciones laborales de los docentes de las normales públicas son mejores que las de los profesores de las privadas, puesto que 38.4 % de los maestros, en el ciclo escolar 2015-2016, tenían tiempo completo, mientras que en las privadas sólo 4.1 % contaba con ese tipo de contrato.
En las estadísticas continuas del Formato 911, que cada año recoge la Secretaría de Educación Pública (SEP), pueden distinguirse aún 16 escuelas normales rurales.