Historia. Esteban, de 68 años, sacó a sus padres antes de que se derrumbara la casa

"Estábamos durmiendo. Yo estaba en un catre y de pronto sentí que todo se movía. Me levanté y cómo pude saqué a mis padres al patio", relata Esteban Toledo

Foto: Especial
Nación 10/09/2017 15:53 Alberto López Morales / Corresponsal Oaxaca Actualizada 15:53

Entre los pobladores del municipio de Asunción Ixtaltepec, aún prevalece el dolor por la muerte de los suyos, debido a la destrucción que dejó el sismo del pasado jueves.

Por las calles, la gente mira atónita las casas que se cayeron y todavía enfrentan la escasez de alimentos, medicinas y agua, para su consumo y para las tareas domésticas.

Frente a su derruida vivienda, tres personas de la tercera edad, Alfonso Toledo Guzmán, de 90 años de edad, Juana Mijangos Díaz, de 86 años, padres de Esteban Toledo Mijangos, de 68 años, narran aterrados, cómo fue que lograron salir vivos antes que el techo de tejavana de la casa de ladrillos los aplastara.

“Estábamos durmiendo. Yo estaba en un catre y de pronto sentí que todo se movía. Me levanté y grité: ¡está temblando! Y desperté a mis padres y cómo pude los saqué al patio. En ese momento se oyó el ruido y el patio se cubrió de polvo. El techo de la casa y las paredes estaban hechos escombros”, recuerda Esteban Toledo.

“Nosotros tuvimos suerte, pero me siento triste porque mi media hermana, Teresita Guzmán murió esa noche del temblor. No pudo salir y quedó enterrada entre los escombros”, dice don Alfonso Toledo Guzmán.

La casa donde doña Teresita murió, no está lejos de donde viven sus familiares en la cuarta sección, al sur de la cabecera de Ixtaltepec, en los límites con los terrenos donde ya se ven las milpas crecidas de maíz.

Sobre la calle Juárez de la cuarta sección de Asunción Ixtaltepec, alrededor de una vetusta mesa circular de madera colocada bajo árboles que proyectaban las sombras, desayunaba la familia de doña Teresita, de 66 años de edad, a quien sepultaron por la mañana de ayer.

“No me dio tiempo de sacarla de la casa. Yo estaba acostado en el patio, corrí para ayudarla pero en ese momento el techo y las paredes se cayeron. Ahí la encontré más tarde”, relata su hijo Luis Jiménez Guzmán.

“Todo se derrumbó. Es doloroso para nosotros, más por la forma en que mi suegra murió”, expone entristecida María Silvia Cruz. “Creo que no vamos a hacer la misa del novenario. No tenemos condiciones. Tal vez en los 40 días de su fallecimiento hagamos un rezo”, señalaron.

De acuerdo con varios reportes, la noche del sismo de 8.2, en la noche del jueves dos de septiembre, murieron unas 12 personas que fueron sepultadas por la mañana y tarde de ayer sábado. “Estamos de luto. No tenemos agua, luz y queremos la ayuda del gobierno”, reclaman.

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