Retoma PRI viejas prácticas para 2018

El partido regresó a las formas con las que antaño se elegía a quien buscaría la presidencia del país, coinciden analistas

En 1999, parecía que el PRI había acabado con el rito más característico del sistema político, para elegir candidato a la presidencia: "el dedazo".
Nación 10/12/2017 11:59 Ariadna García Actualizada 11:59

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Apesar de que con el inicio del siglo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) parecía haber cambiado sus formas internas para la selección de su candidato presidencial, el hecho es que las viejas prácticas están vigentes, coincidieron analistas políticos.

El catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Nicolás Loza, estimó que las viejas formas del PRI vuelven para elegir a su candidato presidencial. Sin embargo, consideró, a diferencia de momentos como los de Carlos Salinas, Miguel de la Madrid, José López Portillo y hacia atrás, hoy no se tiene la total seguridad de que el Revolucionario Institucional ganará la Presidencia de la República.

“Vemos que vuelven las peores prácticas de el tapado. Pero vemos una diferencia: de Salinas para atrás, el elegido es el que iba a ser Presidente y ahora, por fortuna, no sabemos quién va a ganar. Sabemos quién será el candidato pero no garantiza un triunfo”, señaló.

Con la entrada del siglo XXI, el PRI ha modificado su documentación interna para elegir a sus candidatos presidenciales.

En 1999, parecía que el PRI había acabado con el rito más característico del sistema político, para elegir candidato presidencial: “el dedazo”.

El entonces presidente Ernesto Zedillo, advirtió que llegado el momento, él no influiría en la elección del candidato presidencial de su partido. Para el 70 aniversario del PRI, el 4 de marzo de 1999, Zedillo entonó un discurso en donde pidió al partido que abriera su proceso interno de selección  de candidato presidencial e incluso sugirió una fórmula similar a la de las elecciones primarias de Estados Unidos.

Aunque los priístas no aceptaron, el proceso de selección “fue abierto” e implicó una competencia muy al estilo de las elecciones primarias estadounidenses. Y es que durante el zedillismo los priístas se desbocaron.

El hoy petista Manuel Bartlett, buscó ser candidato del PRI a la Presidencia y desde 1998 dijo que quería, lo mismo Roberto Madrazo.Francisco Labastida Ochoa, el candidato del Presidente, lo advirtió: “si nos dividimos corremos el riesgo de perder la Presidencia”.

En proceso electoral del 2000: el PRI perdió la Presidencia de la República, por primera vez después de 71 años de gobierno y tras haber abierto su proceso de selección. En el año 2006 Roberto Madrazo volvió a buscar la candidatura presidencial y la logró en medio de un proceso muy conflictivo.

Hubo, nuevamente, un procedimiento de selección interna el cual Roberto Madrazo ganó sobre Everardo Moreno y tras enfrentar al TUCOM: Todos Unidos contra Madrazo, que encabezó el ex gobernador del Estado de México, Arturo Montiel Rojas, y la entonces líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo.El PRI volvió a perder la Presidencia de la República.

Peña y “el tapado”

Para 2012, Enrique Peña Nieto fue el único aspirante del PRI a la candidatura   presidencial,  luego de que el ex gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones se quitara del camino.

Recién, el presidente Peña Nieto aseguró que el PRI supo pasar de un partido hegemónico a la competencia electoral:  “Lo que no cambia es su esencia, su liturgia, su estilo y su forma (...)  Dejen que el PRI defina su proceso al amparo de su propia liturgia, siempre ha funcionado así”.

En agosto pasado, en el marco de su XXII Asamblea Nacional, el Partido Revolucionario Institucional modificó sus estatutos para abrir paso a los candidatos simpatizantes. Arregló sus reglamentos y dejó paso libre   a los posibles candidatos.

El 23 de noviembre pasado el Comité Ejecutivo Nacional  del PRI emitió la convocatoria para elegir a su candidato presidencial en un proceso que, por aprobación del Consejo Político Nacional, sería una elección mediante Asamblea de Delegados.

“Hoy lo que se ve es que el presidente (Enrique Peña Nieto) controla todas las fichas, hizo una designación de candidato que hubieran envidiado de Lázaro Cárdenas a Carlos Salinas porque controla todas las fichas”, comentó el catedrático Nicolás Loza.

El Revolucionario Institucional, se ve cohesionado frente a un antagonista: Andrés Manuel López Obrador, y las fichas las tiene  Peña  Nieto, argumentó  

Los priístas de base apoyarán al candidato que sea elegido,   porque son

disciplinados. Lo único que se debe esperar es que ese candidato priísta, ya en campaña, suba en las preferencias, y que realmente haga una campaña  para que garantice el triunfo, declaró.

Rituales tricolores

El politólogo Edgar Ortiz, de la Universidad Autónoma de México (UNAM), coincidió en que los rituales priístas vuelven, y si bien, podría parecer un retroceso; en realidad lo que  busca es un proceso de continuidad de proyecto.

“No cambian las formas y los rituales, al final de cuentas, el Presidente de la República priísta es el gran elector, no es de otra manera”, dijo.

“Cuando el PRI ha utilizado un proceso abierto, es cuando ha tenido los peores resultados electorales y ha terminado con fracturas internas”, indicó.

Edgar Ortiz consideró que el partido no tendrá fractura, a pesar de tener un aspirante presidencial que no es priísta, porque cuenta con el espaldarazo del Presidente de la República y se trata de un partido de facciones que se mueven por intereses.

“No vemos frescura o novedad en las formas del PRI, pero se trata de que haya eficiencia”, señala.   El PRI es un partido disciplinado y si bien hay disidencias,  la decisión es de una persona”, aseguró el politólogo.

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