Novedosa cirugía: operan tiroides sin cicatriz

Nación 14/01/2018 17:15 Perla Miranda Actualizada 20:49

María E. González fue la primera derechohabiente que fue operada en el IMSS con esta cirugía de mínimo acceso

Una cicatriz de “oreja a oreja” es lo que María Elena González creyó que quedaría en su cuello, luego de ser intervenida para combatir su cáncer de tiroides,  situación que fue revertida al convertirse en la primera derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en recibir una cirugía de mínimo acceso por abordaje a través de la boca.

El 22 de noviembre de 2016, expertos en cabeza y cuello, cirugía laparoscópica y anestesia del Hospital de Especialidades Dr. Antonio Fraga Mouret del Centro Médico Nacional La Raza, realizaron el procedimiento: primero hicieron un corte de un centímetro en la parte interna del labio inferior y después dos cortes debajo de los dientes caninos, con los que se entró a la parte interna del cuello y se extrajo la glándula  tiroides  de la mujer de 54 años, sin dejar rastro alguno.

Marco Antonio Piscil Salazar,  adscrito al servicio de cirugía general así como  de cabeza y cuello del mencionado hospital, fue el cirujano en jefe de esta operación. En entrevista con EL UNIVERSAL,  explicó que esta operación se ha practicado en el mundo desde hace tres años y en México se ha puesto en marcha tres veces, primero en el Instituto Nacional de Cancerología, después en el Hospital General de México, seguido por el IMSS.

En marzo de 2016, María fue a su clínica familiar porque se encontró una bolita en el lado izquierdo del cuello. El médico ordenó un ultrasonido y se constató que la paciente tenía nódulos sospechosos en la  tiroides, entonces fue enviada al Hospital General 98, en donde le brindaron tratamiento por más de nueve meses.

Una biopsia y un ultrasonido eran los pasos a seguir en su atención médica, motivo por el que llegó a La Raza, en donde le confirmaron que tenía bethesda 5, un carcinoma papilar tiroideo que debía ser extirpado.

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En el Hospital Dr. Antonio Fraga Mouret, en donde operaron a María Elena,  se realizan en promedio tres cirugías de  tiroides  por día y al año realiza un promedio de 700. (Foto: Lucía Godínez / EL UNIVERSAL)

La señora González fue transferida para realizarle  una cirugía de cabeza y cuello, en ese momento fue que conoció al doctor Piscil, quien determinó que las medidas de su  tiroides  eran idóneas para hacer un abordaje transoral, la primera cirugía en su tipo que se realiza en el Seguro Social.

“Lo más difícil fue saber que tenía cáncer y me tenían que quitar la  tiroides. Supuse una herida de oreja a oreja y que la recuperación sería difícil, porque soy diabética e hipertensa y  tenemos más riesgo de que la cirugía se complique, de que la herida no cierre bien o que se infecte. Está cirugía fue espectacular para mí, porque mucha gente me pregunta por la herida y no la tengo expuesta, mi herida está adentro de la boca, en el labio inferior, eso es muy bueno para mí”, relató la ama de casa.

Procedimiento que llegó a México desde Bangkok

La tiroidectomía por abordaje transoral se realiza por vía endoscópica y  es una técnica que a nivel mundial se ha hecho desde hace tres años. Inició en Alemania,  pero los médicos hacían un corte por el piso de la lengua, lo que representaba riesgos para el paciente. Más tarde se retomó en Bangkok, Tailandia, en donde el médico Marco Antonio Piscil Salazar se capacitó.

La intervención quirúrgica

En esta cirugía que consiste en retirar la glándula tiroides,  normalmente se hace una incisión en el cuello de unos 10 centímetros, dependiendo del tamaño del tumor, si éste es mayor de cinco centímetros el paciente es candidato a la cirugía tradicional; si se detecta a tiempo y mide menos de cinco centímetros es aspirante a cirugía de mínimo acceso.

En el Hospital Dr. Antonio Fraga Mouret hay una demanda muy alta por esta afección. Se realizan en promedio tres cirugías de  tiroides  por día y al año realiza un promedio de 700 intervenciones, pero no todos los pacientes son candidatos.

Además de que el tumor no sea mayor a los 10 centímetros, este no debe haber hecho metástasis, es decir, que el cáncer se haya extendido a ganglios linfáticos, como en el caso de María Elena, quien tenía un carcinoma de 2.5 centímetros.

 

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Un día antes de entrar a quirófano, la señora González fue preparada para su intervención, lo más importante fue la higiene bucal, le dieron un enjuague para disminuir la cantidad de bacterias.

Esta primera cirugía duró aproximadamente tres horas, participaron Piscil Salazar,  como  cirujano principal, el primero y segundo ayudante, una enfermera quirúrgica y personal de anestesiología.
Se usó  un equipo que se llama neuromonitorización de nervios laríngeos para que se identificaran los nervios internos del cuello.

Si el médico los lesiona, el paciente va a tener cambios en la voz o hasta la necesidad de salir con un tubo de traqueotomía.

Sin cicatriz

Marco Piscil considera esta intervención como innovadora, porque ofrece la ventaja a los derechohabientes de no cargar con una cicatriz de por vida. El médico agrega que 90% de los pacientes que requieren una tiroidectomía total o de manejo quirúrgico en patología tiroidea son mujeres, “por lo que una cicatriz en el cuello impacta mucho desde el punto de vista social y personal”, aseguró el especialista.

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