“Es un relajo, realmente no hay consistencia. Cuando veamos más adelante cómo van saliendo en su desempeño los niños, ¿a quién le echamos la culpa?, ¿al modelo de 2011, al de 2017 o a la Nueva Escuela Mexicana? No hay seguimiento”, comentó Fátima, profesora de primaria en Tlaxcala.
“Hay una incertidumbre de no saber cuáles son las leyes secundarias, qué tanto nos van a afectar y qué tanto van a ser reales. Cómo tengo que volver a innovar y a hacer cambios, cómo vamos a ir direccionando a los niños y cómo les vamos a dar un enfoque, [si] se van a modificar los libros de texto o no”, cuestionó Georgina Marysol Torres, profesora en la Ciudad de México.
“Tenemos varios años así, con que los libros de texto tienen un contenido y los programas otro. Seguimos calificando con bimestres, cuando ya se cambió a trimestres y eso afecta a docentes y a padres de familia. Hay ajustes que no se han hecho y eso afecta a los docentes”, dijo.
La experta del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación Superior de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Catalina Inclán consideró que los maestros encontrarán la manera de adaptarse, porque son flexibles, además de que saben resolver cualquier situación en los salones de clase, a pesar de las fallas de las instituciones.
“Algo que les ha quedado bien claro a los maestros es que el éxito, fracaso del SEN o aprendizaje de sus alumnos no está en sus manos, sino que es la concordancia de un grupo de cosas. Los docentes son un eslabón en una cadena mucho más grande”, indicó.
"Tenemos una mezcla de modelos, un escenario de cierta incertidumbre, en términos de formas de enseñanza y evaluación para los alumnos. En definitiva, es un arranque disparejo con un modelo tan mezclado. Es un poco el escenario, que no es catastrófico, pero tampoco es deseable”, señaló.

Ramona Martínez McGrew, directora de una primaria en San Luis Río Colorado, Sonora, argumentó que las comunidades escolares tienen la capacidad de adaptarse a los nuevos cambios, además, confía en su equipo de maestros, pero, afirmó, su comunidad necesita apoyo, como bancas para que sus alumnos no se sienten en el suelo y escritorios para sus maestros.
“Necesitamos más preparación y asesores de primera mano que puedan apoyarnos. Conforme vayamos avanzando, van a surgir muchas dudas, entonces sí necesitamos apoyo de primera mano”, insistió.
En su última publicación, Panorama educativo de México: indicadores del sistema educativo nacional 2018 educación básica y media superior, el extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) consideró que para la reforma educativa de este año, “el reto todavía es enorme para lograr la cobertura universal de los niveles educativos obligatorios existentes.
Los nuevos niveles obligatorios tienen la menor cobertura: en educación inicial, 87% de los niños de cero a tres años no tiene ningún servicio educativo, mientras que el nivel de educación superior tiene un alcance de 38%.

En el Congreso de la Unión, la discusión del dictamen de la Ley General de Educación y la creación de las normas generales del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, y del Sistema para la Mejora Continua de la Educación quedaron suspendidas y se espera que se retomen para el próximo periodo de sesiones de la Cámara de Diputados, en septiembre.
“[Lo que] preocupa es el mayor protagonismo de las fuerzas sindicales. En particular, esta dinámica tan centrífuga de la CNTE, organismo que quiere implantar sus propios modelos educativos en estados como Oaxaca, así como sus libros en Michoacán.
“Se está imponiendo la dinámica de la negociación política como el eje de los procesos educativos”, consideró Roberto Rodríguez.