La otra cara de “Ramón”, trajo seguridad; dicen pobladores

Desde hace más de cuatro años, la tranquilidad de un pueblo dedicado a la ganadería y la agricultura se entorpeció de forma paulatina; hoy los habitantes de Benemérito Juárez se sienten tranquilos con la presencia del Ejército Mexicano, Policía Estatal y Municipal.

La tormenta tropical “Ramón” destrozó la vía de comunicación más rápida y en mejores condiciones a esta agencia municipal de Tuxtepec el pasado  4 de octubre, y frente a la emergencia por el desbordamiento del arroyo “Palo Gacho” que inundó a la población, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) llegó para auxiliarlos.

“En medio de la desgracia, se puede hablar de tranquilidad, de seguridad”, refiere Mario, habitante de la comunidad desde hace cinco décadas y que desde hace poco más de cuatro años vio que la delincuencia de alto impacto penetraba a su pueblo.

A finales de 2016, autoridades policiacas reportaron el hallazgo de cuatro personas originarias de esta población ejecutadas en un paraje cercano a la comunidad. Hecho que restó tranquilidad en el Palo Gacho.

“Por ese tema (de seguridad), hoy se duerme con tranquilidad, no se escuchan motos ni camionetas a gran velocidad por las noches”, agregó el hombre, quien señala con dirección al parque central de la población en donde velan elementos del Ejército Mexicano.

Con sentimientos encontrados, por la desgracia de más de 500 familias que resultaron afectadas, el vecino de Palo Gacho es positivo y asegura que “de lo malo, algo bueno debe salir”.

Rosa María, quien al igual que Mario pidió reservar sus apellidos, dijo que a pesar que los vecinos reportan o piden el auxilio de la policía municipal, los elementos llegan un día después o nunca llegan.

Por su parte, la agente municipal, Mayra Sosa Cruz indicó que en la población de más de cuatro mil habitantes son los robos en domicilio el delito más común.

Apuntó que estos hechos son parte de la llegada de personas ajenas a las familias originarias del pueblo; sin embargo, las personas que son víctimas de los robos evitan la denuncia por miedo a venganza.