El mar es para todos: estrena Huatulco una playa incluyente
La Entrega es parte de un programa piloto con espacios para personas con alguna discapacidad.
Hace más de siglo y medio, el barco Colombo arribó a las apacibles aguas del mar de Huatulco con un huésped especial: el derrocado y traicionado héroe independentista, Vicente Guerrero. En esa playa fue entregado al gobierno que lo desconoció y le arrebató el poder, desde entonces esta bahía lleva un nombre singular: La Entrega.
El tiempo ha hecho de las suyas a lo largo de los 150 metros de longitud de La Entrega, aunque las tranquilas aguas siguen siendo las mismas, el bullicio se apodera de la zona aunque no sean días vacacionales. De acuerdo a las cifras de la autoridad municipal, más de 100 mil personas la visitan al año. Y claro, también sigue recibiendo embarcaciones y personajes especiales.
Esta playa simbólica para la historia de México se convirtió hace 10 días en un destino también simbólico para las más de 200 mil personas con discapacidad que viven en Oaxaca, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), porque La Entrega fue nombrada una de las nueve playas incluyentes del país, la primera en la entidad y la cuarta en el litoral del Pacífico.
La primera vez en el mar
Paco y Sirena son dos pericos que prácticamente hacen su nido en la cabeza de Aracely, una jovencita de 16 años con parálisis cerebral. Su madre, Teresa Sánchez Sebastián, se los compró como parte de su terapia de rehabilitación: para controlar su nerviosismo, la joven enfoca sus energías en las aves que juegan entre sus cabellos.
Aracely sonríe con todo su cuerpo. La felicidad la demuestra contorsionándose sobre el camastro anfibio que es sostenido en el mar por su madre y por Javier, uno de los dos buzos salvavidas capacitados para atender a las personas que disfrutan del mar gracias a este programa piloto impulsado por el DIF —tanto estatal como municipal—, el Monte de Piedad y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo.
La joven niña es visitante asidua desde pequeña de la Unidad Básica de Rehabilitación de Santa María Huatulco, así que desde ahí fue invitada para ser de las primeras en utilizar las instalaciones de la primera playa incluyente en Oaxaca. En cinco días, ya son dos las ocasiones que Aracely se mete al mar con su madre, sus tres hermanos y sus dos pericos.
“Antes no la traía al mar, pesa mucho para meterla, pocas veces ella ha disfrutado. Antes era más como una gelatina, pero con el tiempo y las rehabilitaciones ya se mueve, los periquitos le ayudan más. Ahora el mar la hace muy feliz, ella puede mojarse y los buzos me ayudan a sostenerla un rato”, comenta Teresa mientras sus hijos la rodean salpicando de agua el cuerpo de Aracely.
A escasos dos metros de la joven está Pablo Elino Jiménez, un anciano de la ciudad de Oaxaca que lleva 40 de sus 70 años inmovilizado por la esclerosis múltiple, que lo tiene completamente postrado. No es su primera vez en la playa, pero sí es la primera vez que se mete al mar y lo disfruta con la ayuda de sus dos hijos.
Pablo siempre viene a La Entrega. Se sienta debajo de una sombrilla y ve a sus hijos y nietos disfrutar del mar; se conforma. En esta ocasión fue grande su sorpresa al ver que todo en esta playa fue adaptado para personas como él, desde el estacionamiento, la palapa de recepción, los baños, las rampas y los camastros anfibios.
“No sé quién lo haya hecho, pero quien lo hizo, lo hizo bien. Yo estoy muy feliz porque es la primera vez que me meto al mar con la ayuda de mis hijos, pero por fin disfruto del agua”, comenta mientras sus hijos explican que antes de ese día era difícil meterlo, él se negaba. Ahora fue más fácil.
Para que Pablo pudiera sentir por primera vez el mar fue necesaria una inversión público-privada que asciende a 4 millones 400 mil pesos, presupuesto con el cual se acondicionó todo el lugar.
Faltan más espacios...
Dos metros más allá de donde están Aracely y Pablo, Raúl, el otro joven buzo, sostiene a Carmelita Martínez Muñoz, otra de las beneficiarias y presidenta de la Organización de Personas con Discapacidad de Bahías de Huatulco, que desde hace años lucha por mejorar las condiciones de vida de las mil 115 personas que tienen alguna discapacidad en este municipio de la Costa, donde viven 38 mil 629 habitantes.
“Es un sueño hecho realidad”, es lo primero que expresa Carmelita cuando se le pregunta por el proyecto en La Entrega. Se emociona hasta las lágrimas al saberse parte de este programa piloto que cuenta con nueve personas que han brindado atención a más de 30 sólo en los primero cinco días que llevan las instalaciones modificadas.
De acuerdo con Inegi, del total de personas que viven con discapacidad en este municipio, 36.2% tiene problemas para caminar o moverse; 11.1% para hablar, comunicarse o conversar; un 1.4% al vestirse, bañarse o comer; 3% al momento de poner atención o aprender cosas sencillas y 8.1% tiene problemas de carácter intelectual.
“Ha sido difícil que nos volteen a ver a lo largo de tantos años de lucha, pero se van aperturando más espacios. Falta mucho por concientizar a los ciudadanos en respetar los espacios que se crean para nosotros, pero no vamos a descansar, hasta que todos nos incluyan. Hoy fue una playa, pero queremos más playas, más parques adaptados, más espacios en los gobiernos”, señala Carmelita mientras dos promotores le acomodan el chaleco salvavidas y la cargan para colocarla en el camastro anfibio.
Y así, feliz, abriéndose paso entre la gente, Carmelita llega en su camastro con ruedas hasta la playa que la recibe plácidamente, como recibiera hace más de un siglo al traicionado Vicente Guerrero.
...y mucha sensibilización
Reina Ríos Cruz se acerca a los turistas que se tiran sobre la arena obstruyendo el camino trazado para el tránsito de las sillas de rueda y camastros anfibios hacia la playa. Les habla con toda la propiedad de una funcionaria y con respeto les pide despejar el área marcada para las personas con discapacidad, ellos la miran y no terminan de entender que tienen el resto de la playa disponible, menos esos dos metros.
Insisten en obstruir, pero Reina les señala que la playa ya se adaptó a las necesidades de personas especiales. De mala gana, aceptan moverse y dejar el camino libre. Esa es precisamente la mayor dificultad a la que se enfrenta el personal capacitado para vigilar este proyecto de playa incluyente.
“Es algo nuevo para la gente, pero deben de aprender a respetar, para eso se capacitó a nueve personas del municipio durante dos días, tenemos buzos expertos con más de 20 años en el mar, brindando atención a turistas. Con la inauguración se dio un importante paso hacia una cultura de inclusión total en Oaxaca”, explica Reina, delegada regional del DIF en la Costa.
Para acceder a las instalaciones y el equipo especializado para personas con discapacidad, los interesados sólo tienen que registrarse en el módulo y traer consigo una persona responsable. Tal ha sido la demanda del proyecto que en cinco días ya han recibido peticiones de grupos y de centros de atenciones múltiples de varias regiones del estado para utilizar la playa.
Además, ahora La Entrega también se convirtió en un espacio de terapia para las personas que reciben rehabilitación, pues “pagar una alberca no es económico, mucho menos para las personas de bajos recursos, así que tener como opción una playa certificada como incluyente es una gran noticia para las más de 200 mil personas con discapacidad en Oaxaca, por ejemplo, Aracely”, detalla Reina Ríos.
Para escoger La Entrega como destino del proyecto, por año y medio se tuvo que monitorear la zona con drones y realizar mediciones del oleaje en distintas épocas del año, buscando las más tranquilas. Y algo igual de importante: se buscó un lugar a la altura para este otro hecho histórico.