Juana Cata llega a las páginas de los libros de texto gratuitos
Es la primera mujer zapoteca que aportó al desarrollo económico e industrial del país
Imaginar a la zapoteca Juana Cata entre grandes inventores, como Tomás Alva Edison, en los pasillos de la gran Exposición Universal allá por 1904 en Saint Louis Missouri, Estados Unidos, o verla en una película en blanco y negro que registró la primera llegada del tren a Salina Cruz en 1907, con el Presidente Porfirio Díaz, es alucinante para la escritora Julia Astrid Suárez Reyna.
Si Juana Catalina Romero fuera una empresaria de esta época y ganara la presea de plata por su producto azucarero en una exhibición internacional en Estados Unidos y la presea de oro en Europa por la producción de sus ingenios instalados en el Istmo de Tehuantepec, como lo hizo a principios del siglo XX, se convertiría en una celebridad de las redes sociales y los medios le sacarían provecho a su imagen de zapoteca.
Aunque en su tiempo no se habló mucho de esos logros en los periódicos, sí se consolidó como una poderosa empresaria mexicana que traspasó fronteras y que la historia oficial tuvo en el olvido y hasta en forma violenta.
La escritora Julia Suárez trabajó durante una década sobre el personaje para reivindicar su aporte
La travesía que emprendió hace 10 años Julia Astrid y el escritor Raciel Rivas siguiendo los pasos de Juana Cata desde su chalet (vivienda generalmente de madera) francés en Tehuantepec, sus tres ingenios azucareros: Santa Teresa, Santa Clara y San Juan de la Cruz, por los grandes palacios del Vaticano, hasta el Palacio de Cristal en Londres, los llevaron a derribar el mito que se tenía en torno a la benefactora en donde se le reducía a la “amante”, “amiga” del dictador Díaz.
Siete años revisando fuentes documentales, como archivos eclesiásticos de Chiapas y Oaxaca, archivos de guerra, la Hemeroteca Nacional de la UNAM y otros, les ayudaron a tener un perfil real del personaje que en varias ocasiones fue recibida en el Vaticano por el Papa León XIII, sacando del olvido la imagen de la empresaria, la diplomática y la política, una mujer que la historia apenas le hará justicia.
Y eso lo conseguirá con la inclusión del personaje en los libros de historia que la Secretaría de Educación Pública (SEP) distribuirá gratuitamente en todas las escuelas secundarias del país en el próximo ciclo escolar 2020-2021, convirtiendo a Juana Cata en la primera mujer zapoteca de quien se resalta su aporte al desarrollo económico e industrial del país a principios del siglo XX.
“Después de una década de trabajar sobre el personaje, de reivindicar su aporte, de sacarla de los archivos, de echar abajo el mito machista con el que se le identifica y se le recuerda hasta el día de hoy, no estábamos conformes con lo logrado.
Legado de Juana Cata fue agregado a los libros de nivel secundaria.
“Queríamos que todo el país supiera de su aporte, que formaba parte de ese grupo de mujeres que hicieron patria y que hasta ahora la historia les hace justicia, qué mejor que aparecer en los libros de textos oficiales. Ahora no quedará un sólo rincón del país que no sepa de esta zapoteca extraordinaria”, comenta efusiva Suárez Reyna.
Pero antes de que el personaje llegara a los libros de texto, Julia Astrid y Raciel Rivas plasmaron los años de investigación en el volumen Juana C. Romero. Una mujer extraordinaria en la historia de México, que está prologado por Elena Poniatowska, en el que la autora de Tinísima hace hincapié no sólo en el aporte de una altruista fundadora de colegios, sino en el perfil de una empresaria que se preocupó por defender los derechos de los trabajadores, aun cuando era una cacique azucarera.
Pero tener el respaldo de la importante escritora mexicana sin que sucumbiera al mito y la leyenda del personaje como lo había hecho Enrique Krauze, por ejemplo, fue también toda una experiencia para esta escritora istmeña.
“Yo quería que Elena Poniatowska me lo prologara, porque la admiro y conozco su trabajo de mujeres fuertes. Sin tener un contacto, busqué su correo en un artículo publicado en algún periódico y le escribí. Mi sorpresa fue que al otro día me contestó; yo no podía creerlo. Me dio un número telefónico para hablarle para contarle el proyecto”, narra la escritora originaria de Tehuantepec.
Después de una reunión que tuvo lugar en la casa de la escritora Elena Poniatowska, en donde Suárez Reyna fue interrogada y entrevistada por la escritora, quien escribió seis cuartillas sobre el libro y sobre el personaje de una de las mujeres más importantes que ha parido esta franja de tierra.