Aprender durante una pandemia, un doble reto para niñas que trabajan

Juchitán.- La copiosa lluvia de la Tormenta Tropical número 30 no impidió que Beula recorriera las calles de su colonia vendiendo los rambutanes que su madre le colocó en una cubeta. A pesar del mal tiempo, su mercancía se agotó temprano, eso ayudó a que llegara puntual a la casa de su maestra Rosario para tomar las clases en su televisión, en el primer día de este ciclo escolar atípico, en medio de una pandemia. 

Beula Getziba Gutiérrez tiene 10 años y desde los ocho es comerciante. Vende de todo, desde frutas hasta tamales, asegura que le encanta. Por tres años desertó de la escuela, así que aunque debería estar en quinto grado, tiene un retraso académico que la mantiene en tercer grado con la profesora Rosario de la Primaria Bilingüe “José Fructuoso Gómez”.

Foto: Edwin Hernández

Ella es la única alumna que Rosario recibe en su casa desde el ciclo escolar pasado,  lo hace no por obligación, sino porque se comprometió de manera personal a nivelar a la niña después de que decidió retomar la escuela. 

Aunque Beula también habla español, prefiere expresarse en zapoteco, lo que facilita el trabajo a la maestra que desde hace más de 15 años es profesora de educación bilingüe.

Hace apenas unos días, la familia de Beula adquirió con mucho esfuerzo  y trabajo de todos una televisión para que la niña pudiera seguir las clases desde  su casa, pero allí no hay nadie que le dé acompañamiento y ayude con sus carencias, pues sus papás salen también a vender comida de casa en casa, así que la maestra Rosario se ofreció a ayudarla.

Beula y Rosario vieron por una hora y media las capsulas que el programa “Aprende en Casa II” de Tercer Grado lanzó este día en la televisión abierta y por cable en el horario de 14: 00 horas a 15:30 horas. Aunque entendieron los mensajes y la propuesta, señalan que ésta no era adecuada al contenido académico del sistema de educación indígena.

Foto: Edwin Hernández

“La niña entendió las capsulas, pero no tenían nada que ver con nuestro contenido y sistema educativo. Es una programación muy ajena a nuestro contexto, a nuestra realidad, en vez de ver el estado de Oaxaca vimos Aguascalientes. Aun así le pedí a los padres de familia que vieran la programación estas dos semanas, después de eso ya tendremos un diagnóstico de la situación y podremos proponer entre todos una forma de trabajo”, explica la educadora.

Reto para tutores y maestros 

Pero no sólo para maestros y alumnos las clases a distancia se consideran un reto. Este primer día de clases supuso para muchos padres invertir mayor atención a sus hijos y acompañarlos en el asesoramiento, como lo hizo el padre de Valentina y Melisa, niñas de 4 y 8 años que viven en Santa Lucía del Camino, en la zona conurbada de la ciudad de Oaxaca. 

Entre lo más complicado, explica el tutor, fue localizar y sintonizar las clases, luego lograr que sus hijas, sobre todo la de nivel inicial, pusiera atención a la televisión.

Foto: Edwin Hernández

“Sin la presencia de los padres va ser imposible que los niños, no sólo aprendan, sino que pongan atención, porque se aburren rápido. Lo que sí nos sorprendió fue que no apareciera un maestro dando las instrucciones en la televisión o guiando, son sólo capsulas.”, comentó el padre de familia.

Sergio López, maestro de sexto grado en Juchitán, considera también que el contenido televisivo no era práctico. Primero el niño debe de tener la presencia de los tutores  para entender y explicarle las dudas, pero en muchos casos estos tampoco tienen las herramientas para hacerlo, así que la enseñanza no se logra al 100%.

Así que que al igual que Rosario, Sergio y muchos de sus compañeros docentes proponen  que al final de las transmisiones, los maestros y madres de familia se conectan a un chat escolar y se plantean las dudas,  mismo espacio que usarán para dejar las tareas, aunque estas no tengan nada que ver con la clase en línea.

Foto: Edwin Hernández