Oncoayuda, una mano amiga en la lucha contra el cáncer
La asociación da cursos y soporte emocional a enfermos; desde 2014 ha donado 553 pelucas
Oncoayuda es una asociación civil que por 10 años ha apoyado a más de 20 mil personas que han padecido cáncer en México y el continente americano. Brinda cursos de educación, soporte emocional y, desde 2014, ha regalado 553 pelucas de cabello natural.
La asociación la fundó Elizabeth Lavín, luego de padecer cáncer de seno. En entrevista con El UNIVERSAL, explica que hace 16 años esta experiencia le cambió la vida. Por ello, tras su diagnostico, proceso y remisión, decidió ayudar a personas que también han sufrido esa enfermedad.
“Yo tuve cáncer de mama, afortunadamente fue diagnosticado oportunamente. Me fue muy bien en mi tratamiento; 15 días después de terminarlo entré a una fundación donde duré cuatro años. Después entré a otra que me ayudó a aprender. Me decidí a crear la propia porque vi muchos focos rojos donde podía ayudar”, explica.
“Estuve sin cabello como un año y sé lo que se siente. Esa sensación de no reconocerse. Por eso cuando me pregunté qué no están haciendo las fundaciones, dije: ‘es ahí, con todo para llenar vacíos que no están cubiertos’”.
La asociación tiene tres líneas de acción para ayudar a personas con el padecimiento; la primera es la educación sobre el cáncer; la segunda, soporte emocional, y la tercera, calidad de vida.
En el oriente del Estado de México, en la pequeña fábrica Artextens, manos de artesanos mexicanos crean pelucas que usarán mujeres o niños con cáncer. Irma Betancourt, dueña de la empresa, menciona que lo hacen con gusto, pues es una forma de ayudar.
“Nosotros apoyamos vendiéndoles las pelucas con cabello natural a mitad de precio a las fundaciones. Antes no cobrábamos, pero con la pandemia fue necesario hacerlo para subsistir. Lo hacemos con gusto porque a las mujeres les cambia la vida”, destaca.
“En Oncoayuda no podemos evitar la cirugía, los dolores o la caída del cabello, pero sí podemos lograr que no pasen en soledad ese proceso. Que tengan una mano amiga a quien contarle cómo se sienten y que tengan estabilidad emocional durante el proceso”, dice su fundadora.