Celebran los 102 años de Doña Jacinta, una de las primeras cocineras tradicionales del Istmo de Tehuantepec
La festejada heredó la tradición culinaria de la región que incluye el estofado, el relleno de cerdo, panes y aros de maíz crujientes y dulces; estuvo rodeada de familiares, vecinos y autoridades
Juchitán. - Doña Jacinta nació cuando, según los historiadores, concluyó la etapa armada de la Revolución Mexicana, en 1920. Ayer, en un ambiente festivo, vestida de gala con su traje regional de coloridas flores bordadas a mano sobre terciopelo negro, luciendo piezas de la fina orfebrería zapoteca y rodeada de sus familiares, le celebraron los 102 años de edad.
Doña Jacinta Antonio Carrasco, además de ser cocinera tradicional, es la primera mujer que rebasa los 100 años de edad, cuentan los vecinos de La Venta, poblado que antes vivía de la siembra de la caña y ahora está cubierto por todos los puntos cardinales de aerogeneradores de hasta 80 metros de altura que producen electricidad con el viento.
“Estoy muy contenta de festejar mi cumpleaños al lado de mi familia, de mis vecinos, de las autoridades”, dijo en una breve entrevista con EL UNIVERSAL, en la que compartió que de los nueve hijos que tuvo viven ocho, entre ellas cinco mujeres que le han regalado nietos, bisnietos y tataranietos. En medio de los sones istmeños, levantó la mano con una cerveza y brindó “¡salud!”.
La fiesta se realizó en el domo municipal de la comunidad de La Venta, donde llegó el agente de esa población, Jorge Roque Altamirano Matus, quien destacó las virtudes de doña Jacinta, una de las primeras cocineras del siglo pasado que heredaron las tradiciones culinarias del Istmo, como el estofado, el relleno de cerdo, panes y aros de maíz crujientes y dulces, conocidos como pimpo.
“Trabajé mucho, ahora una de mis hijas, la más pequeña que es la que me cuida, aprendió los secretos de mi cocina y sigue con la tradición. Yo le agradezco que me tenga paciencia porque ya estoy viejita y las viejitas necesitamos paciencia”, comentó mientras recibía abrazos, felicitaciones, regalos y limosnas (un apoyo envuelto en una servilleta de papel), como parte de la tradición.
En la vida de doña Jacinta ha transcurrido la historia de 22 presidentes de México, desde el periodo de Venustiano Carranza hasta la actualidad; en ese escenario, ella hizo lo que le gustaba para captar ingresos y mantener a su familia: trabajar en la cocina y comercializar sus productos. A sus 102 años de edad, vivió a plenitud el festejo.