"Se trata de respeto": artesanos de Oaxaca exigen no mutilar textiles indígenas y dar crédito a pueblos
“El Fashion Week pudo ser un espacio importantísimo para que las diseñadoras originarias y afromexicanas pudieran tener el lugar en el mercado que les hace falta, pero no fue así”, lamenta colectivo
Oaxaca de Juárez.- "La cultura es cambiante, la cultura no es estática. La apropiación cultural siempre ha existido entre las comunidades, no sólo de los blancos hacia las comunidades originarias, sino también entre las etnias, lo que nos ha dado una identidad que, inevitablemente, evoluciona con el tiempo”, sostiene Guillermo Julián López Barrios, del colectivo Janúa aa Nábaja-She aá, (Tejiendo sueños, en triqui).
Su agrupación participó en la pasarela-protesta del 19 de agosto pasado en el Andador Turístico, donde al menos nueve colectivos de creadores textiles mostraron su rechazo a la apropiación cultural y el plagio de textiles indígenas a propósito del Mercedes-Benz Fashion Week 2022, en la capital del estado.
Durante la Semana de la Moda hubo presencia de prendas elaboradas por diseñadores empleando motivos y textiles propios de las comunidades indígenas de Oaxaca; al respecto, López Barrios señala: “Hay muchísimos diseñadores que nos compran, pero les pedimos los créditos y las indicaciones de lo que se puede o no cortar”, declara.
El reclamo principal, explica, es que esta era una oportunidad única para que las autoridades estatales intervinieran en este evento para priorizar a las y los artesanos, pero no lo hicieron.
“El Fashion Week pudo ser un espacio importantísimo para que las diseñadoras originarias y afromexicanas pudieran tener el lugar en el mercado que les hace falta, pero no fue así, impusieron una marca que buscaba protagonismo”, lamenta.
El creador, quien proviene de una familia de artesanos que devinieron en comerciantes, se pronuncia a favor de la reventa de textiles como una manera de subsistencia económica, siempre y cuando haya respeto al trabajo de los creadores, así como sus créditos correspondientes.
Foto: Mario Arturo Martínez
Moda en Oaxaca “no sólo es tradición”: diseñadores
Diseñadores invitados a la Semana de la Moda, quienes prefieren mantener sus nombres en el anonimato, reconocen a EL UNIVERSAL que asistir a este evento es un sueño de quienes se dedican al ramo, por lo que destacan la importancia de que por primera vez suceda algo así en la historia de Oaxaca.
En el Mercedes-Benz Fashion Week dos marcas oaxaqueñas hicieron presencia, Moravy y el diseñador Pompi García con su nueva colección Servilletas; ambas creaciones fueron objeto de burla en redes sociales.
Las y los asistentes a la pasarela reconocen la molestia de la población; sin embargo, apuntan que la moda está sujeta a la interpretación: “Es natural que pueda gustar o no”.
No toda la moda que se hace en Oaxaca tiene que ver con la cultura y la tradición, afirman, pues hay creadores que siguen corrientes contemporáneas.
“Como diseñadores y como emprendedores buscamos lugares en la industria. Sabemos lo difícil que es colocarse en ella y celebramos que haya oportunidad de asistir a eventos como éste que quizá a futuro sirvan para tejer redes y posicionar marcas locales”.
Respeto a la cultura
Guillermo Julián López, al frente de Janúa aa Nábaja-She aá, explica que trabajan con respeto: “Nunca mutilamos lienzos, tenemos presente que hay elementos en nuestra iconografía que no pueden cortarse”, dice.
Detalla que los acuerdos que rigen el uso de los textiles en las comunidades se transmiten de boca en boca, de una generación a otra. En el caso de los huipiles triquis, los bordados del pecho y la espalda no pueden moverse o cambiarse. Las mariposas que van en el resto del huipil se han adaptado a camisas, vestidos y aplicaciones que, contrario a lo que se piensa, no fueron creados por diseñadores, sino por las y los artesanos.
“Las mujeres han estilizado sus huipiles pero conservan el pecho, la enagua y los colores distintivos según su estatus social, si son casadas o no”.
Una empresa para la comunidad
López Barrios cuenta que la comercialización de los textiles populares fue desplazando a los de su comunidad, por lo que se dio a la tarea de introducirlos en el mercado. Con el tiempo, la empresa se transformó en un colectivo donde unas 20 familias suman sus talentos y venden prendas a precios justos, que benefician a todos los que están en la cadena productiva.
El colectivo también da cabida a artesanos de otras comunidades en las temporadas altas, cuando más visitantes llegan a la entidad, llegando a sostener a unas 35 familias en fechas como las de la Guelaguetza.
El colectivo ha enfrentado diversas dificultades: “Sabíamos vender, pero no sabíamos cómo vender nuestro producto, pues la gente no estaba acostumbrada a la diversidad de los huipiles de Copala”. Y es que en la microrregión triqui trabajan con más de 200 brocados y siete técnicas de tejido.
“Me capacité en mercadotecnia y herramientas digitales para poder entrar a redes sociales y exportar nuestros productos”, detalla el artesano. Por ello, su labor también consiste en informar sobre los textiles, detalles de la producción, tradición oral y aspectos culturales.
Elaboran prendas teñidas con añil o corteza de nanche y usan algodón que ellos cosechan: “Hacemos diseño tradicional y contemporáneo”.
Los textiles del colectivo se exportan a Taiwán, Holanda, Inglaterra, Estados Unidos y España, entre otros.