Opinión

Anatomía del fraude electoral en la reforma judicial

Carlos Loret de Mola

Recortarán presupuesto para que haya menos casillas, poca participación y se facilite a Morena controlar el resultado

El “cambio de régimen” está montado en un gran fraude electoral. La piedra angular de esa transformación —la reforma al Poder Judicial— se está consiguiendo gracias a una sucesión de prácticas mafiosas y mañosas que en otros tiempos hubieran sido brutalmente criticadas por el grupo político que hoy las implementa.

1.- Manipulación en campaña. Claudia Sheinbaum justifica su reforma judicial diciendo que por eso votó la gente. Mentira. Esto no fue por lo que votó la gente. Eso no fue lo que le explicaron a la gente: según las mismas encuestas que tanto presumen, la gente está en contra de usar la tómbola como método de selección de futuros jueces, magistrados y ministros. Todos prefieren que estén los más preparados, incluso por encima de los que sean más populares.

2.- Urnas embarazadas. La cooptación de los órganos electorales les permitió ganar el 57% de los votos, pero tener el 73% de las curules. Les regalaron 9 millones de votos que no les dio la ciudadanía. Les embarazaron las urnas, pues. Gracias a eso, pudieron aprobar la reforma judicial. Si no, no hubiera pasado en la Cámara de Diputados.

3.- Compra de votos. En el Senado les faltaban tres votos para la mayoría calificada. Dos de ellos los obtuvieron ofreciendo prebendas (posiciones en la Cámara que les representaban dinero) a los dos senadores que llegaron por el PRD.

4.- Extorsión. El voto faltante lo obtuvieron aprovechándose de la cola larga de los Yunes, a quienes apenas unos días antes tachaban de criminales, rateros y corruptos.

5.- Secuestro exprés. Para amarrar la mayoría calificada en el Senado, el día de la votación de la reforma judicial, mantuvieron encerrado e incomunicado a un senador de Movimiento Ciudadano (su explicación del secuestro, o autosecuestro, no convenció a nadie, pero MC prefirió echar el escándalo de traición bajo la alfombra).

6.- Acarreo. Dos días antes del cierre de inscripciones para candidatos a juzgadores había apenas poco más de 8 mil inscritos. Pero el fin de semana, en 48 horas, “mágicamente” creció el entusiasmo y terminaron más de 49 mil inscritos. Fue un descarado acarreo de licenciados. Se inscribieron 13 abogados por minuto.

7.- Partido de Estado. Es falso que la gente podrá votar por quien quiera para juez o magistrado. La lista final de quienes aparecerán en las boletas la decidirán los miembros de tres comités de evaluación. Dos de esos tres comités están controlados por Morena. Con ese filtro podrán dar preferencia a los suyos y eliminar a los que les estorben. De entrada, más del 90% de los aspirantes se apuntaron en los comités de Morena. La tajada del león.

Por si lo anterior fuera poco, ya viene el siguiente fraude: recortarle al INE presupuesto para que instalen menos casillas, haya poca participación y con ello se facilite a Morena el control del resultado. Así podrá imponer a sus jueces, magistrados y ministros.

Ah, pero dicen que es el proceso más democrático del mundo. Mentira. Es una elección de Estado. Un fraude electoral de pies a cabeza.

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