Opinión

Las mujeres de Notimex

Peniley Ramírez

Esta vez fue distinto. El presidente no se deshizo en halagos hacia Sanjuana Martínez, como en ocasiones anteriores

En las próximas semanas debe resolverse el conflicto, ya estamos más cerca, esperamos que haya una resolución antes de que termine marzo, me dice al teléfono Adriana Urrea, la líder del sindicato de Notimex, que lleva más de un año en huelga. 

Hace una semana, los huelguistas se plantaron afuera de Palacio Nacional, en las horas que anteceden a la conferencia matutina del presidente. Pero esta vez fue distinto. El presidente no se deshizo en halagos hacia Sanjuana Martínez, la directora de la agencia estatal, como había hecho en ocasiones anteriores. En cambio, ordenó una reunión entre los huelguistas y la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero

Cuatro días después, los huelguistas acudieron a una “reunión conciliatoria”, a la que no fue Martínez, sino algunos de sus colaboradores. La próxima semana debe ocurrir una nueva reunión. Hacia finales de marzo, el sindicato espera que la Junta de Conciliación y Arbitraje resuelva una demanda que ellos interpusieron en noviembre para que determinen quién es el responsable del conflicto laboral y quién debe resarcir los daños. 

Los daños son cuantiosos. Significan ya más de 100 millones de pesos que el Estado mexicano deberá pagar a los trabajadores en huelga, en caso de que el conflicto se resuelva a su favor. 

Al margen de estos avances formales, el curso del conflicto cruza una profunda ruptura que parte en dos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Es una pugna en la que, al igual que la mayoría de las huelguistas, las protagonistas son mujeres. Por un lado, los huelguistas sienten que su mayor aliada en el gobierno federal es Luisa Alcalde, la secretaria del Trabajo. Al mismo tiempo, consideran que la principal defensora de Sanjuana Martínez es su amiga, la secretaria de la Función Pública, Irma Sandoval

Durante el último año, la Secretaría a cargo de Sandoval no ha presentado ningún avance en las investigaciones sobre Martínez por el alegado uso de la agencia para acosar a periodistas incómodos, como Carmen Aristegui. Tampoco se conoce que haya dado curso a las denuncias de los propios extrabajadores de la agencia, que fueron despedidos injustamente, según la versión que ellos han presentado en tribunales.

Ahora los tiempos están cambiando en el gobierno, me dice una fuente con información sobre Palacio Nacional. Esta persona asegura que son ciertas las publicaciones de días recientes, que adelantan que Sandoval saldría de la Función Pública próximamente. “Ya se están entrevistando a varios candidatos, se anunciará la salida cuando el presidente haya tomado la decisión sobre el relevo, y con Irma fuera se resolverá también lo de Notimex”, me dijo esta fuente, quien pidió omitir su nombre.

La confirmación de la salida de Sandoval y la resolución jurídica del conflicto en Notimex, no favorable a Martínez, darían un vuelco al caso de los trabajadores sindicalizados. Traerían un regreso a la normalidad a las cientos de mujeres que han vivido el año de la pandemia en campamentos afuera de las sedes de la agencia, a sol y sombra, yendo y viniendo en transporte público.

Se acerca el 8 de marzo y pocas veces los textos y eventos de las conmemoraciones mencionan que esta es una fecha que existe gracias a las luchas de las mujeres trabajadoras. Esas luchas comenzaron precisamente en las organizaciones gremiales y han antecedido a otras más recientes de mujeres contra la violencia y por la inclusión política, por los derechos sexuales y reproductivos, entre muchos otros. Este caso, donde todas sus protagonistas, en todas las aristas de la ecuación, son mujeres, da cuenta de que esas luchas significan ya la forma como vemos y vivimos a las mujeres en nuestra sociedad. 

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