Opinión

Las preguntas que deja la tragedia de Ciudad Juárez

Alejandro Hope

Hace dos días, un incendio en una estación migratoria de Ciudad Juárez acabó en tragedia: al menos 38 personas murieron y 28 más quedaron seriamente lesionadas. Al parecer, todas las víctimas eran de nacionalidad extranjera, provenientes de Centro y Sudamérica, y se encontraban en la instalación del Instituto Nacional de Migración (INM) a la espera de su probable deportación.

El INM no ha producido más que un escueto comunicado sobre la tragedia, señalando que el incendio inició en el área de alojamiento de la estación migratoria y anunciando que se había dado vista a la Fiscalía General de la República y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Por su parte, el presidente López Obrador, en la mañanera de ayer, afirmó que el incendio “tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados, movilizados. Y como protesta, en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba a causar esa terrible desgracia".

Esto deja múltiples preguntas abiertas:

1. ¿Cuál fue la secuencia de los hechos? ¿A qué hora empezó la supuesta protesta de los migrantes y solicitantes de asilo? ¿En qué momento se dio cuenta del incendio el personal del INM? ¿Qué acciones tomó?

2. ¿Qué medidas de seguridad tenían en la estación para prevenir situaciones como la que se presentó? ¿Había extinguidores? ¿Detectores de humo? ¿Puertas de emergencia? ¿Personal capacitado en tareas de protección civil?

3. ¿Cuántas personas se encontraban en la estación migratoria en el momento del incendio? ¿Con cuantos espacios contaba? ¿Enfrentaba condiciones de hacinamiento?

4. ¿Quiénes eran los migrantes que perdieron la vida o resultaron lesionados en el incendio? ¿Ya fueron plenamente identificados? ¿Ya se contactó a los representantes consulares de los países correspondientes?

5. ¿Es cierto, como se señala en diversas notas de prensa, que las personas migrantes llevaban horas encerradas sin acceso a agua potable y que la protesta habría sido en contra de esas condiciones y no en contra de una posible deportación, como lo afirmó el presidente en la mañanera?

6. Al percatarse del incendio, ¿por qué el personal del INM no abrió las puertas y procedió a una evacuación ordenada de la estación migratoria? ¿Existe algún protocolo en la institución para atender estos incidentes? De ser el caso, ¿por qué no se cumplió?

7. ¿Existen condiciones similares en otras estaciones migratorias en México? ¿Se cuenta con un diagnóstico preciso de los riesgos presentes en las instalaciones del INM? ¿Se han dedicado recursos para prevenir esos riesgos?

8. ¿Qué medidas correctivas se piensan implementar de manera inmediata? ¿Se considerará la suspensión, así sea temporal, del personal responsable en el INM? ¿Se solicitará la renuncia de mandos superiores, incluyendo al titular de la institución?

9. Dadas las condiciones precarias que enfrentan las estaciones migratorias, ¿está México en posibilidades de cumplir el acuerdo alcanzado con Estados Unidos para recibir a solicitantes de asilo venezolanos y cubanos? ¿Qué cambios en la política migratoria se vuelven indispensables luego de la tragedia?

Estas son apenas algunas de las preguntas que surgen a bote pronto luego del incendio en Ciudad Juárez. Varias más irán apareciendo conforme se tenga más información sobre el incidente.

Y espero que al menos algunas se respondan. Lo sucedido en Ciudad Juárez no es un incidente aislado: es la expresión dramática de una crisis humanitaria que se ha ido gestando en buena parte del país.

 
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