Estatutariamente el blanquiazul debe renovar su dirigencia en el segundo semestre del año en que se llevó a cabo una elección federal. Actualmente la dirigencia la encabeza Damián Zepeda, del grupo del ex candidato presidencial Ricardo Anaya, quien resultó derrotado en los comicios del 1 de julio.
José Antonio Crespo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), afirmó que el hecho de que Anaya haya optado por no incorporarse a la dirigencia, “facilita” el proceso de reacomodo del PAN, pues aunque muchos vayan a ser los que levanten la mano, el partido cuenta con la institucionalidad y la reglas para que se decida de acuerdo con los estatutos.
Incluye a liderazgos como Alberto Cárdenas, Fernando Canales Clariond, Cecilia Romero, Juan Carlos Romero Hicks, José Guadalupe Osuna Millán, Luis Felipe Bravo Mena, Marco Antonio Adame y Josefina Vázquez Mota, entre otros.
Además a esta corriente pertenecen gobernadores como Miguel Márquez Márquez, de Guanajuato, y Francisco Vega, de Baja California.
El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González no es militante del blanquiazul, por lo que no puede participar en el proceso interno con voto, pero sí con voz.
Sobre el proceso interno, José Antonio Crespo opina que el PAN tiene las reglas para procesar su renovación de manera civilizada, “aunque habrá jalones, pero ya sin [Ricardo] Anaya, el procedimiento será, como siempre lo han hecho, institucionalizado. Si Anaya hubiera insistido por medio de los estatutos, la situación hubiera sido más tensa, posiblemente se habrían dado nuevas fracturas”.
Crespo dijo que serán los gobernadores y el grupo del ex presidente Felipe Calderón los que posiblemente serán más rígidos, si no ellos directamente, a través de su gente, por lo que en el caso específico de los mandatarios locales “buscarán incidir”.
Víctor Alarcón, especialista en temas políticos por la UAM, aseveró que en la pugna por la presidencia del partido se verá más participativo el bloque de los siete gobernadores de la Goan, así como el liderazgo de Javier Corral, Miguel Márquez y el grupo de Ricardo Anaya.
“El bloque de gobernadores podría venir en ascenso, por lo que sería interesante ver una recomposición. La salida de Anaya no precisamente podría generar menos tensión, porque los gobernadores podrían presionar para que el actual comité nacional decline por ellos, lo que dañaría al partido”, refirió.
Dijo que todos los grupos deben tener una actitud responsable para evitar lastimar la institucionalidad. Si se busca relanzarlo, “sería un mal consejero la precipitación, pues llevaría a un choque de trenes abrupto, que no sería lo más adecuado, sólo se verían ajustes de cuentas y terminarían de darle la puntilla al partido”, dijo.
Horacio Vives, del ITAM, dijo que el que Anaya haya declinado no resta tensión al proceso interno.
El investigador aseveró que el PAN tiene que hacer un ejercicio profundo de reflexión para buscar la unidad y un perfil de cara al futuro. Los gobernadores, coincide, jugarán un papel de importancia, no nada más los siete que forman parte de la asamblea, sino todos,porque van a tratar de orientar la dirección del PAN.