Dicho concepto se refiere a “cualquier artículo que tenga un valor de uso, cuya finalidad consista en persuadir a los electores”, como playeras, plumas, gorras, cilindros térmicos, mandiles, bolsas para compra, calendarios, cuadernos y enceres domésticos, entre otros.
El segundo gasto se enfocó en propaganda, como volantes, pancartas, equipos de sonido, eventos políticos realizados en lugares alquilados, y la tercera en propaganda en la vía pública como bardas y espectaculares. Y una cuarta inversión fue lo que se refiere a los “operativos de campaña” que consisten en salarios del personal eventual, arrendamiento de bienes muebles e inmuebles, gastos de transporte de material y personal, y viáticos.
En la elección local de diputados y presidentes municipales, por ejemplo, de los 84.8 millones de pesos reportados como gastos de campaña, 40.5 se destinaron a objetos utilitarios; en propaganda se pagaron más de 25.5 millones; en gastos operativos de campaña el monto fue de 11.6 millones; en propaganda en la vía pública 4.8 millones de pesos; en propaganda en páginas de internet 1.5 millones; en propaganda en diarios, revistas y otros medios impresos, 314 mil 344 pesos; en producción de mensajes para radio y televisión 170 mil 472 pesos y en gastos financieros, 140 mil 199 pesos.
En lo que se refiera a la contienda por las diputaciones en los 10 distritos electorales federales, de los 27.8 millones reportados, los candidatos gastaron en propaganda utilitaria poco más de 13 millones; en propaganda 5.5 millones, y poco más de 4 millones se destinó a gastos operativos de campaña.
Mientras que en propaganda en vía pública se pagaron 3.3 millones de pesos; en internet, 1.4 millones; en mensajes para radio y televisión, 321 mil 540 pesos, y en propaganda en medios impresos, 42 mil 228 pesos.