Desde entonces, la sonrisa de María del Sol acompaña a su madre, la periodista Soledad Jarquín Edgar, y es su recuerdo la motivación para que la exigencia de la justicia no cese. A su hija, la también activista la recuerda alegremente; sin embargo, el proceso de aprender a vivir sin ella, reconoce, le duele día a día.

Foto: Edwin Hernández
Soledad Jarquín precisa que desde antes de la pandemia quedó pendiente una audiencia, en la que se presentaría uno de los presuntos autores materiales del crimen. No obstante, el recurso legal quedó aplazado y será en próximos días cuando la audiencia se realice de manera virtual; no obstante, la fecha no ha sido fijada.
También desde el inicio de la pandemia Soledad Jarquín no ha tenido ningún acercamiento con Rubén Vasconcelos, el fiscal general y quien lleva la investigación por el asesinato de su hija. Dicha comunicación es vital por el tratamiento del caso, pues mientras la dependencia insiste en tipificar el delito como homicidio calificado, la periodista reitera que éste debe considerarse como feminicidio.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de las 91 muertes violentas de mujeres, sólo 25 han sido tipificadas como feminicidio y 66 como homicidio doloso.

Foto: Edwin Hernández
“No sólo es el caso de María del Sol, son cientos que no están siendo considerados como feminicidios, muchos de ellos, incluso, se hacen pasar como suicidios. Es un asunto político. Considerar a los feminicidios como tal es reconocer las omisiones y responsabilidades del Estado”, dice.
En el proceso que enfrenta por la muerte de su hija, se fijaron sanciones a través del Tribunal Electoral contra los funcionarios que obligaron a María del Sol a estar en el lugar donde sucedió el ataque; no obstante, hasta hoy, las sanciones no se han cobrado.
Además se inició una carpeta de investigación por el delito de robo, tras la desaparición del equipo de cómputo y fotográfico de María del Sol Cruz Jarquín, donde guardaba evidencia del trabajo que le había obligado a cubrir el entonces titular de la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI), Francisco Montero, como parte del equipo de campaña de su hermano, Hageo.
Pese a las injusticias, la familia Jarquín recuerda a María como la mujer alegre que fue. Este año, por las medidas preventivas ante la pandemia, no será posible visitar la tumba donde posan los restos de la joven, que durante los dos años anteriores, en ésta, su época del año predilecta, reunió a familiares y amigos en su honor.
No obstante, como lo aprendió desde niña, María del Sol será recordada por quienes la aman y se niegan a aprender a vivir sin que llegue la justicia por su feminicidio.