Breve multitud se reúne en Oaxaca para presenciar transición de poderes

Entre la calma de una mañana de sábado, que parecía el comienzo de un día feriado como cualquier otro. Algunos oaxaqueños destinaron la mañana libre para acudir al zócalo de la Verde Antequera a presenciar la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador, desde hoy, presidente de México.

La víspera parecía calmada, la militancia morenista montó en el parque principal de la capital del estado un templete donde una pantalla gigante mostraba el seguimiento oficial del evento. A paso lento, poco a poco, hombres y mujeres tomaron un lugar frente al monitor y después ocuparon una de las sillas que el staff acercó; al paso de los minutos, el espacio se ocupó por completo.

Con la bandera nacional y la catedral metropolitana del estado a espaldas, la gente continuaba llegando. “Es bueno tener una esperanza”, espetó Pablo Díaz, mientras sostenía un vaso de atole que compró para amenizar la función. Con una mochila del Partido Verde Ecologista (PVEM) colgando del hombro, aseguró que los ciudadanos deben de apoyar a quien les parezca mejor candidato, sin importar el partido. Acto seguido, se acomodó en un asiento. Entre la breve multitud que no rebasó a las 100 personas, se observaron gestos de concentración durante el discurso del ahora presidente. Aunque la audiencia no fue festiva, por momentos, la calma con la que se desarrolló la jornada, se rompió ante aplausos espontáneos que eran brevemente replicados. 

Las menciones a Oaxaca que hiciera López Obrador para refrendar el compromiso de reconstruir las zonas afectadas por el sismo y la reactivación del corredor transístmico, despertaron comentarios entre la audiencia. “Ojalá lo haga”, “pero que lo cumpla”, se escuchó entre voces.

Todos permanecieron atentos e hicieron breves pausas ante las voces de los vendedores de artículos comestibles que aprovecharon la convocatoria para mejorar las ventas del día.

Poco a poco, la audiencia se fue disuadiendo entre las calles del centro de la ciudad. Algunos abandonaron sus asientos antes de que el acto oficial culminara. Mientras que otros se retiraron al finalizar la transmisión que concluyó sin registro de incidentes.