Kupjiy Vargas, alumna de la UNAM que llevó bibliotecas a los Mixes, no tiene luz para estudiar

En su colonia, en Xoxo, no hay electricidad desde hace 10 años; denuncia que, como ella, muchos estudiantes no podrán tomar clases a distancia

Foto: Cortesía
Sociedad 04/08/2020 14:49 Yalina Ruíz Actualizada 15:14

Kupijy Vargas, la joven creadora de las bibliotecas comunitarias en pueblos ayuujk (mixes) de Oaxaca, lucha contra el tiempo para poder continuar con sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pues con el próximo semestre en puerta, vive en una colonia de Xoxocotlán donde pese a las promesas de campaña, no cuentan con electricidad

Kupijy se dio a conocer en 2019 por su labor de llevar bibliotecas a  comunidades de Santa María Tlahuitoltepec, en la Sierra Norte, de donde es originaria. Con ayuda de donaciones de compañeros y otros apoyos, la estudiante llevó los libros desde la Ciudad de México hasta rancherías que nunca habían tenido un espacio similar. También ganó el Premio Estatal de la Juventud en 2019

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Ahora, a través de su cuenta de Twitter, la joven estudiante denunció la falta de luz en su colonia, una complicación mayor dado que la UNAM dio a conocer que ante el avance de la pandemia de Covid-19, las clases presenciales no se retomarán hasta que el semáforo epidemiológico lo permita.

Una medida similar fue anunciada ayer por el titular de la Secretaría de Educación Publica (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, para los alumnos de formación básica, pues informó que el ciclo escolar 2020-20201 dará inició el próximo 24 de agosto, pero las clases serán a distancia con el apoyo de diferentes televisoras del país.

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En el caso de Kupjiy, estudiante de Pedagogía en la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala  de la UNAM, y quien está por pasar al séptimo semestre, no cuenta con la infraestructura para continuar sus estudios, pues debido a la pandemia regresó a Oaxaca para concluir el semestre en la colonia Vista del Valle, perteneciente al municipio de Xoxocotlán. 

El problema es que dicha colonia, pese a pertenecer a un municipio conurbado a la capital de Oaxaca, no tiene no tiene electricidad desde hace diez años.

“Mi mamá me rentó un cuarto donde tuvieramos internet mi hermana y yo. La renta mensual oscila en 3 mil 500 pesos, pero ahorita ya no puede pagar por problemas económicos, ya que el ingreso familiar se redujo en 10%”, narra la joven. 

Kupjiy cuenta en que en la colonia faltan dos postes de la red eléctrica, y aunque desde niña ha lidiado con las limitaciones para seguir estudiando, el modelo de educación en línea y a distancia por el que apostó la UNAM la deja fuera de la posibilidad de continuar sus estudios. 

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“Desde que íbamos en la primaria mi hermana y yo aprendimos  hacer tarea con la luz de la vela. Hice parte de la primaria, secundaria y bachillerato sin tener luz, haciendo la tarea de internet en varias bibliotecas públicas como la de San Pablo o en el lAGO,  aún así logré entrar en la primera vuelta a la UNAM, con un buen puntaje”, cuenta. 

Lamentablemente, en este momento las bibliotecas y otros recintos culturales donde podría acudir para poder tomar sus clases en línea no están abiertos, también por el riesgo de contagios del virus. 

Ante dichos obstáculos, la estudiante solicita un diálogo con Alejandro García Jarquín, el presidente municipal de Xoxocotlán, para exigir que cumpla lo que prometió en campaña y ponga un alto a esta situación que se mantiene en impunidad.

“No es justo que se le cobre a las familias por tener algo que el Estado debe de garantizar (y que no tienen). Sólo se ha beneficiado al presidente del comité y sus allegados. En mi calle hay varias mujeres y niños que se han quedado sin este servicio”, denuncia. 

De acuerdo con la joven, tras años sin contar con el servicio, se formó una asamblea la cual tenía como principal objetivo buscar la electrificación de la colonia, pero con el tiempo, quien la encabeza comenzó una carrera político-partidista en medio se señalamientos de desvió de recursos de sus propios vecinos. 

Sobre las clases a distancia, Kupjiy explica desde su experiencia que en el gobierno piensan que todos los habitantes del país ya cuentan con servicios públicos, cuando en varias partes de México, esos derechos no se garantizan para las poblaciones vulnerables como  indígenas, migrantes,  personas de escasos recursos, abonando  al rezago y la marginación, y complicando que puedan salir de ese círculo. 

De acuerdo con la UNAM, aunque las clases en línea no podrán sustituir a las presenciales, “no hay diferencia significativa entre ambas modalidades”, y se debe “incentivar la intermodalidad de la enseñanza; es decir, la manera de entregar la información, pues se ha demostrado que la instrucción mixta o híbrida (presencial y en línea) tiene un efecto positivo, sí funciona”. 

Lo anterior lo asegura Melchor Sánchez Mendiola, coordinador de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED) de la UNAM, quien agrega que la actual situación derivada de la pandemia “es una oportunidad para que la educación en línea tome un lugar preponderante, ya que no es inferior a la presencial ni de poca calidad”.

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El problema es cuando no hay forma ni de tomar las clases presenciales y tampoco las que son en línea, como en el caso de Kupjiy.

Según la joven, las medidas que han tomado la UNAM y la SEP, apostando a las clases a distancia, se enfrenta a una amplia brecha digital en  México, que en el ámbito educativo comenzó a profundizarse desde los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón y Fox, que impulsaron políticas y Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) en las escuelas, incluidas aquellas que ni siquiera contaban con servicios básicos. 

“Fue una medida impostora de una paradigma  neoliberal de la  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), metieron la tecnología educativa, pero no consultaron si en esos lugares había luz, si los maestros sabían ocupar los dispositivos, o si estaba en el contexto de las comunidades”, señala. 

Ahora, lamenta, “la SEP vuelve a repetir en la historia de la educación contemporánea un fracaso, lo único que hace es condenar a las personas que se encuentran en marginación no salir de ella. (Primero) hay que conocer cuál es el acceso de la tecnología de este país”, sentencia. 

Para Kupjiy, la pandemia ha alejado cada vez más los supuestos del artículo 2º constitucional, que estipula que la educación debe ser pública, laica y gratuita, pues ahora para acceder a ella debes tener un servicio de luz, televisión, internet y  un equipo de computo. 

“Esto ya no la hace publica  y gratuita, la hace alcanzable para los que pueden pagar todos esos servicios. ¿Cuántos en nuestras regiones tienen un equipo de computo  en casa, luz , internet  o televisión?”, cuestiona y hace un llamado a las autoridades municipales a resolver el problema de luz en la colonia Vista del Valle, para así hacer válido su derecho, y el de los demás niños, a la educación.

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