Deportistas paralímpicos ahora luchan por apoyos

Para Vladimir Martínez López, de 33 años, el ser un medallista olímpico es su mayor orgullo; sin embargo, reconoce que sus triunfos, así como los de otros atletas paralímpicos, se han diluido en el tiempo al igual que las ayudas prometidas por autoridades.

Vladimir, de origen oaxaqueño, actualmente trabaja en una dependencia de gobierno estatal y tiene 33 años. En entrevista con EL UNIVERSAL, comenta que lejos de ser una limitante, la discapacidad visual con la que nació le ayudó a desarrollar otras habilidades y convertirse en un nadador destacado: “Soy ciego total de nacimiento. La discapacidad es hereditaria, pues mi papá tiene discapacidad visual, al igual que uno de mis hermanos”, afirma.

La discapacidad visual no fue ajena para la familia Martínez López, por lo que Vladimir y su  hermano recibieron el apoyo total de sus padres para ser atendidos médicamente.

Los exatletas acusan que sufren discrimiación al buscar empleo.

Tras varios tratamientos y cirugías, que incluyeron un trasplante de córneas, Vladimir supo que la medicina no sería útil para devolverle la vista, por lo que, junto con su familia, decidió continuar su vida con la mayor normalidad posible.

“Asistimos a escuelas de atención especial y poco a poco nos incorporamos a escuelas regulares; sin embargo, en ese camino nos topamos con el desconocimiento de los profesores sobre la discapacidad y qué herramientas podrían implementar para impartir clases”, lamenta.

Continuamente, las aulas fueron escenario de discriminación para Vladimir, pues no era tomado en cuenta para las actividades y  en ocasiones fue aislado por profesores y alumnos durante la primaria y secundaria.

Tiempo después, comenzó a trabajar en  el gobierno del estado, en la Secretaría de Economía, en el departamento de Atención al Público donde además imparte talleres sobre inclusión.

Atleta talentoso.

Fue en 1999 cuando se conformó la Asociación de Deportistas Ciegos y Débiles Visuales de Oaxaca, de la que Vladimir forma parte y donde  comenzó a explorar sus talentos deportivos. En un principio fue el atletismo el que le atrajo y lo llevó a participar, en 2000 y 2001, en las paralimpiadas nacionales.

Con el tiempo, comenzó a entrenar natación en la capital del estado. El descubrir sus habilidades en el carril acuático fue sorprendente tanto para su entrenador como para el propio deportista, quien no dudó en comenzar a participar en competencias nacionales e internacionales. Su desempeño le valió invitaciones a competencias en España, Alemania y Estados Unidos, donde obtuvo la clasificatoria para Juegos Parapanamericanos.

Foto: Edwin Hernández

Orgulloso de sus logros, Vladimir cuenta que cosechó medallas en Brasil y Argentina durante los juegos. En este último país ganó la medalla de oro, en la prueba de 200 metros combinados, consolidándose en el medallero y en la justa como el mejor a nivel parapanamericano, al vencer el récord anterior.

Por su desempeño, Vladimir obtuvo el Premio Estatal del Deporte en 2002.

La distinción en el medallero le dio el pase automático para competir en las Paralimpiadas de Atenas, Grecia, en 2004, donde obtuvo dos séptimos lugares. Tras sus victorias, problemas con la federación le hicieron abandonar  el deporte por un tiempo. Fue en 2008 cuando intentó volver al deporte para participar en las olimpiadas de Beijing, China, pero no pudo lograrlo.

Escaso reconocimiento. Aunque algunos medios locales y nacionales lo buscaron para contar a la gente sus hazañas, la recompensa por su desempeño atlético no fue suficiente para costear sus gastos.

Actualmente, el  gobierno  otorga apoyos de 2 mil y hasta 9 mil pesos mensuales, dependiendo de las medallas que tenga cada deportista. En el caso de Vladimir, comenta, a pesar de haber roto récords internacionales, la beca que recibía era de 3 mil pesos al mes. Desde hace un año fue suspendida.

El deportista explica que la condición que ponen las autoridades es que sigan activos y cosechando medallas, de lo contrario, el apoyo se suspende.

La disposición afecta a muchos que no han podido conseguir trabajos estables y con condiciones dignas, pues sufren discriminación por tener diferentes discapacidades.

Ante ello, 23 atletas paralímpicos a nivel parapanamericano se unieron para solicitar al gobierno local un subsidio vitalicio similar al que se otorga desde la administración de Vicente Fox, a nivel federal; sin embargo, hasta ahora no han tenido respuesta.

Los atletas esperan que la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte (Cecude) atienda su petición y respete el punto de acuerdo aprobado en 2016 por más de 30 diputados locales para darles apoyos, y que nunca fue aplicado.