Recientemente, el “Majestuoso Barrio de Arriba”, de Soledad Etla, municipio se los Valles Centrales y uno de los de mayor tradición en estas celebración, hizo oficial a través de un comunicado en redes sociales, la cancelación de su tradicional muerteada.
“Es una decisión que nos ha costado tomar pues marca un sin precedente dentro de la tradicional muerteada en nuestro barrio de arriba; sin embargo, creemos que hemos tomado la mejor decisión pues la salud de todas las personas que nos acompañan es lo más importante”, precisaron los organizadores, quienes esperan reanudar actividades el próximo año.
En tanto, a esta ola de cancelaciones también se suma la de la muerteada “La mera mera”, de Pueblo Nuevo.
“Debido a la situación actual dada por el Covid-19, nos vemos en la necesidad como comité organizador de informarles que este año 2020 NO se llevará a cabo la muerteada, al igual que a ustedes nos entristece este acontecimiento, pero en estos momentos la salud es prioridad, por lo que los invitamos a que sigamos guardando las medidas de sanidad correspondientes para poder vernos el próximo año”, escribió el comité organizador.
Por otro lado, se canceló la muerteada, así como la calenda de flores y luces programada para agosto en Nazareno Etla.
Además, el pasado 22 de julio, el barrio de enmedio de Guelache, anunció la cancelación de su muerteada y recordó a la población acatar las medidas sanitarias.
La comunidad de Jalapa del Valle, también anunció la cancelación de sus eventos públicos y festividades con motivo del Día de Muertos, esperando que éstos puedan realizarse el próximo año.
Los jóvenes pasan meses preparando los disfraces que portarán durante la muerteada, cuya elaboración va de trajes muy sencillos, hasta aquellos en los que invierten miles de pesos.
Las muerteadas más reconocidas son las que se organizan en las comunidades asentadas en el valle de Etla, uno de los tres que conforman la región de los Valles Centrales, pues son las que atraen a miles de turistas que pasan la noche al son de la música tradicional, pero también se organizan en distintas poblaciones.
La cancelación de las fiestas a la muerte, arraigadas principalmente en las comunidades de los Valles Centrales, se debe sobre todo a que esta región se ha mantenido desde el inicio de la pandemia como el epicentro de los contagios.