De acuerdo con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), hasta septiembre de 2019, en Oaxaca sumaban un total de mil 835 denuncias por delitos contra la libertad y seguridad sexual, de los cuales 546 fueron por abuso; 179 por acoso; 48 por hostigamiento; 304 por violación y 238 por violación equiparada; el resto se catalogó como otros.
Según datos de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca A.C., la violencia sexual representa 14% del total de agresiones contra mujeres y niñas en la entidad y hasta el pasado 7 de noviembre, cuando Alma Itzel fue encontrada, se contabilizan 320 casos, desde el inicio de la actual administración.
Para Consorcio, la ocurrencia de estos delitos deja en evidencia la cosificación que los agresores siguen haciendo de las mujeres para violentarlas sexualmente, porque se sienten con derecho de someterlas y tomarlas como objeto sexual.
Al respecto, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, señala que “cualquier acto que degrada o daña el cuerpo o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto”.
Información de la organización indica que la violencia sexual contra las mujeres es ejercida, en mayor medida, por las parejas, familiares o conocidos de las víctimas; y que aquellas que sobreviven a esta violencia arrastran secuelas psicológicas y emocionales que afectan sus roles cotidianos. A éstas se suman el miedo de denunciar y de ser señaladas públicamente, así como la dilación de las autoridades en atender las denuncias.
“En muchas ocasiones además de lesiones físicas y psicológicas también, por falta de información o rapidez en el procedimiento, puede terminar con embarazos no deseados, de los cuales muchas veces las mujeres se sienten culpables. La violencia sexual es mucho más frecuente de lo que aparece en las estadísticas y ello se debe a que en muchos casos las víctimas, sean niñas, jóvenes o mujeres adultas callan por vergüenza, temor o porque les hacen creer que ellas lo provocaron”, precisa Consorcio.
Las autoridades, acusó la madre, se negaron a ejecutar el arresto de quienes fueron señalados como los presuntos responsables del feminicidio de Itzel, pues la síndica de la comunidad exigía una copia de la denuncia ante la Fiscalía para llevar a cabo la aprehensión.
Como resultado de la negativa, Nicanor escapó, mientras que Arturo, otro de los presuntos feminicidas que fue identificado, fue detenido por conocidos de Mayra.
Tras todo esto, el cuerpo de Alma Itzel fue sepultado en el panteón de Morelos el pasado lunes, y tras la denuncia pública de su madre, la Fiscalía prometió una investigación exhaustiva del caso.
La hermana de la menor, quien entonces tenía cinco años, también fue víctima de violación, cometida por su tío.
Consorcio señala que otra de las dimensiones más atroces de esta violencia es que no hay un límite de edades para los agresores, las víctimas van desde uno hasta los 88 años.