Coronavirus frena avance escolar y aumenta gastos familiares; sección 22 advierte deserción

Las dificultades económicas por la crisis sanitaria impiden que los menores avancen en sus estudios, pues tienen que trabajar

Ilustración: Dante de la Vega
Sociedad 15/10/2020 10:44 Juan Carlos Zavala Oaxaca Actualizada 10:44

Totontepec Villa de Morelos.— Niñas y niños de San José Chinantequilla, localidad mixe que pertenece al municipio de Totontepec Villa de Morelos, abandonaron sus estudios de educación básica por el momento, a causa de las dificultades económicas de sus padres y de la conectividad para mantener las  clases a distancia en el ciclo escolar, cuya modalidad así fue impuesta debido a la pandemia del Covid-19.

Padres y madres de familia relatan que ahí no llega la señal de televisión ni de radio, la de celular es deficiente porque llega de manera limitada a algunas partes de la comunidad, y esta misma situación ocurre con la señal de internet.

Algunos, por su cuenta, han hecho el esfuerzo por adquirir un celular, de comprar fichas para tener internet a través de dispositivos móviles, e incluso comprar una computadora. Mientras que en otras familias, relatan, simplemente tomaron la decisión de que sus hijos no estudien por el momento y que continúen ayudando con las labores del campo.

El secretario de Organización de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Genaro Martínez Morales, afirma que San José Chinantequilla es un ejemplo de lo que sucede en muchas otras comunidades de Oaxaca: la deserción escolar, en el contexto de la emergencia sanitaria por Covid-19, y la estrategia de los gobiernos tanto federal como estatal para garantizar el derecho a la educación en estas condiciones.

Para ellos, explica, no están fuera de las estadísticas, del sistema educativo ni de los registros escolares; sin embargo, apunta, obviamente hay un porcentaje significativo de niños y niñas que han abandonado las actividades escolares en este momento.

“Aun cuando los compañeros [docentes] atiendan a los niños que están en las rancherías, muchas de ellas alejadas de la comunidad, se observa esta situación de abandono escolar”, comenta.

Detalla que existen comunidades en el estado que no cuentan con energía eléctrica, y en algunas que si llega el suministro eléctrico en ocasiones falla un día completo o hasta una semana. Los menores no tienen acceso a la televisión, y los padres deben optar por garantizar su alimentación.

“Hay niños que no sabemos en dónde están, entendemos que están en la comunidad, pero no ha habido forma de comunicarse con ellos. Es un fenómeno bastante preocupante. Aparte, con este tema de la emergencia sanitaria se ha dejado de observar otras problemáticas como la nutrición, la salud u otras enfermedades, más ahora con el cambio de los climas”, indicó.

Genaro Martínez sostiene que hay un asunto social, cultural y económico que mete en una dificultad mayor tener que desarrollar actividades educativas en el estado.

Problemas para otros niveles 

La problemática no sólo es los niveles preescolar, primaria y secundaria. María está en el tercer año de bachillerato; vive en San José Chinantequilla, y su deseo es continuar sus estudios profesionales para ser sicóloga.

Su padre se dedica a la herrería y su madre es ama de casa. Para continuar con sus estudios debe gastar en promedio 150 pesos en fichas de internet y los materiales que debe comprar para cumplir con las tareas escolares; eso la ha obligado a tener que trabajar en actividades del campo por las que le pagan 100 pesos.

“Por acá en mi pueblo tengo que trabajar para comprar fichas de internet de una semana. La verdad sí se me complica mucho estudiar.

“Comprar una computadora no sirve mucho acá, y menos televisión. Además, en mi casa no pudimos con eso porque sale muy caro contratar señal de televisión, estamos hablando de  pagar 280 pesos cada mes”, relata.

Para el movimiento magisterial y la Sección 22, destaca Genaro Martínez, la posición es en contra de la actual estrategia del gobierno del ciclo escolar a distancia, pues consiste en una “educación virtualizada y televisada”.

En principio, se oponen porque hay desigualdad en las comunidades, “no todos tienen acceso, es más, no todos tienen luz eléctrica, menos acceso a tecnologías como internet y todo lo que implica el contar con instrumentos como celulares, computadoras y la misma televisión”, comenta.

Además, menciona que la estrategia discrimina a las comunidades donde hay un alto porcentaje de población hablante de lenguas indígenas, "un derecho que es vulnerado en la televisión", reconoce.

Genaro Martínez sostiene que es pedagógicamente discriminatorio porque no hay una interacción directa con los estudiantes, la cual describe como necesaria en los procesos de enseñanza. 

“La pandemia no permite en este momento la atención presencial; sin embargo, los compañeros han hecho un esfuerzo y han buscado  mecanismos para  ofrecer la atención necesaria sobre los contenidos”, apunta.

El secretario de la Sección 22 advierte que será hasta el reinicio de las clases presenciales —algo que aún ven lejano—, cuando se pueda identificar cuántos niños y niñas abandonaron la escuela durante la pandemia.

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