No duda al decir que durante todo ese tiempo, su mayor temor era que un día comenzara a tener síntomas.
“Al ver a los pacientes cómo están, da miedo. Entramos con mayor protección, nos protegemos bien, y así evitamos el contagio o algún síntoma, pero nunca se está segura”, cuenta en entrevista con EL UNIVERSAL.
Aunque Columba confiesa que también es motivo de miedo saber si presentará algún síntoma tras la vacuna, luego de recibir el pinchazo asegura que se siente bien y confía en Dios que no va a presentar ningún malestar.
“Para mí es importante, nos ayuda a prevenir el contagio de este virus, porque nosotros estamos en contacto directo con el paciente, hasta ahora estoy bien”, narra esta enfermera eventual.

Foto: Edwin Hernández
Irma Martínez Chávez y María José Guerrero Robles, trabajadora en el área de alimentos y enfermera, respectivamente, coinciden con Columba, tanto al sentirse afortunadas como en la necesidad de superar el miedo.
“Gracias a Dios ya llegó a Oaxaca, para que todos estemos vacunados”, dice Irma, mujer de 67 años que lleva meses en resguardo por ser población en riesgo y quien se dice lista para volver.
María, de 24 años y enfermera del área Covid desde hace tres meses, cuenta que el miedo se supera cuando se entiende que es como cualquier otra vacuna:
“Al principio tenia miedo y no quería aplicármela, cuando nos mandaron las indicaciones y contraindicaciones, dije, pues sí.

Foto: Edwin Hernández
Es como cualquier otra vacuna y hay que aplicársela porque estamos en contacto directo con los pacientes hospitalizados”.
Según los datos de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), en la el ISSSTE se aplicaron mil 930 dosis de las 19 mil 500 dosis de la vacuna que arribaron a territorio estatal y con las cuales se inmunizó a los trabajadores de la primera línea de combate a la pandemia en 49 hospitales. Columna, Irma y María están en espera de la segunda aplicación.