Los hombres de la palma que tejen por su sobrevivencia

En San Pedro Nodón esta actividad impulsa la economía de las familias; con los sombreros que elaboran se mantiene viva la cultura del trueque

Foto: Edwin Hernández
Sociedad 19/01/2020 15:31 Juan Carlos Zavala San Pedro Nodón, Oaxaca Actualizada 18:00

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En esta  localidad mixteca de Oaxaca la elaboración de sombreros de palma es más que una bella <strong>artesanía tradicional</strong> que sus pobladores han heredado de sus padres y ellos, a su vez, de sus antecesores.</p>

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Se trata de un <strong>asunto de sobrevivencia</strong> a la que le dedican la mayor parte de su tiempo los casi  <strong>350 habitantes</strong>, incluidos niños.</p>

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El tejido de la palma con la que elaboran mayormente sombreros y algunos tenates es <strong>su principal actividad económica</strong>, aunque también tienen tierras para la siembra de temporal de maíz, frijol y trigo para el autoconsumo. </p>

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Durante la mañana es común ver particularmente a los hombres tejiendo sombreros sin detenerse, incluso <strong>cuando hablan o caminan</strong>: con los dedos de sus manos entrecruzan las tiras de palma de unos 30 centímetros de largo, que previamente fueron cortadas y puestas a secar.</p>

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“Aprendí [a tejer palma] como a los 12 años. Los hombres, que <strong>somos más de dura cabeza</strong>, nos dedicamos con nuestros padres al monte, pero las mujeres, como están con la mamá, comienzan desde los siete u ocho años. Los hombres empezamos a aprender entre los 10 y 12 años”, explica Catarino Sánchez.</p>

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Los tenates y los sombreros son  los principales artículos que elaboran./ Foto: Edwin Hernández</h6>

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La elaboración de sombreros es la principal actividad económica de San Pedro Nodón. <strong>Hombres, mujeres, niños y adolescentes se dedican a ello</strong>, aunque una gran parte de sus habitantes ha decidido emigrar en busca de  trabajo en la Ciudad de México o en  Puebla.</p>

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Cada sombrero terminado <strong>tiene un valor de 6 pesos </strong>y para la adquisición de alimentos recurren al <strong>trueque</strong> con los intermediarios: Para un kilo de frijol lo intercambian por tres sombreros, un kilo de tomate por dos sombreros, una bolsa de sopa   por uno, un kilo de azúcar por  tres y  un kilo de lentejas por cuatro sombreros.</p>

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“Nosotros lo vendemos a 6 pesos con los intermediarios que también tienen que ganarse su dinerito, aunque la mayoría de las veces lo cambiamos por cebolla, chile o tomate. Eso es<strong> lo que consumimos.</strong> Algunas veces nos dan en efectivo, pero casi siempre es por cambio.</p>

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“Cambiamos porque, no por un kilo de tomate vayamos hasta donde lo venden, si no que  vamos con los intermediarios, <strong>son poquiteros</strong>  y ya  ellos se arreglan con la gente que viene con los carros grandes que vienen de Juxtlahuaca y Tehuacán, Puebla”, refiere el tejedor.</p>

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<strong>Materia prima comunal</strong></h3>

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San Pedro Nodón es una agencia municipal de <strong>San Juan Bautista Cuicatlán</strong>, municipio de la región Cañada de Oaxaca.</p>

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Las palmas que se observan abundantes son <strong>parte de la vegetación natural </strong>de esta localidad y de las comunidades vecinas, y también la fuente primaria de su actividad económica.</p>

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El agente municipal, Raúl Hernández Gaytán, detalla que <strong>el aprovechamiento de la palma es comunal,</strong> es decir, cualquiera puede cortar las hojas y aprovecharlas para la elaboración de sombreros. Sin embargo, como una medida de protección para evitar que se agoten, ante una posible sobreexplotación, tomaron la decisión de establecer un<strong> periodo de veda </strong>en el que está prohibido cortarlas.</p>

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“Vendemos los sombreros a 6 pesos con los intermediarios, aunque la mayoría de veces los cambiamos por cebolla, chile o tomate”</p>
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Este tiempo <strong>se  rige por las fases de la luna:</strong> no se puede cortar cuando es “luna tierna” —inicio de la fase de la luna creciente— que es un lapso que dura alrededor de 15 días.</p>

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“No se puede cortar en esos días para que la palma no se macice o no deje de salir, porque cuando se corta en este tiempo se retrasa más su  crecimiento. Son ocho días antes y <strong>ocho días después de la luna tierna</strong>”, explica el agente municipal.  </p>

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Raúl Hernández comenta que la siembra de maíz, frijol y trigo es <strong>la segunda actividad económica </strong>de San Pedro Nodón, pero <strong>sólo  cuando llueve</strong>,  ya que  este año  se quedaron esperando la lluvia que nunca llegó y, en consecuencia, no hubo cosecha, la cual tradicionalmente se levanta en noviembre.</p>

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Durante la mañana es común ver particularmente a los hombres tejiendo sombreros sin detenerse, incluso cuando hablan o caminan./ Foto: Edwin Hernández</h6>

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Catarino Sánchez es de la clase 53 —forma en que reeren su año de nacimiento—   y tiene 65 años cumplidos, tiene seis hijos: cuatro hombres y dos mujeres, de los cuales cinco emigraron a la Ciudad de México en busca de trabajo y <strong>mejores condiciones de vida</strong> para sus respectivas familias.</p>

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Relata que cuando él era joven también emigró a la capital del país, pero regresó al poco tiempo porque<strong> lo abrumó el intenso tráfico </strong>de vehículos y los “maleantes”.</p>

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“Aquí, en cambio, <strong>es difícil la vida,</strong> pero no imposible”, dice.</p>

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También tiene tierras para la siembra, pero este año no cosechó nada de lo que sembró por la escasez de lluvia: “Ahorita deberíamos estar cosechando, <strong>pero no hay nada.</strong> Por eso digo que está muy difícil y  que comemos para tener vida porque para tener carne, jamás”, expresa. </p>

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