Artista chocholteca hace brotar y florecer color en "tierra seca"

Carlos imprime en sus lienzos las leyendas de sus abuelos y bisabuelos, ante la inminente desaparición de la lengua de este pueblo de la Mixteca Alta

Foto: Cortesía Estudio Carlos Bazán
Sociedad 22/09/2019 16:13 Alicia Pereda Martínez Ciudad de México Actualizada 16:13

De la tierra árida también brota la vida y el color, el pintor Carlos Bazán Ramos es ejemplo de ello. Con 25 años de edad, el artista chocholteco ha asumido la misión de dejar memoria de una tierra cuya lengua se apaga, pero cuya historia se resiste a morir.

—Pertenezco a uno de los trece pueblos de la región chocholteca. La desaparición de nuestra lengua es inminente, porque los que la siguen hablando, unos 50 hombres y mujeres, son personas de la tercera edad.

Originario de San Cristóbal Suchixtlahuaca, en la Mixteca Alta de Oaxaca, Carlos imprime en sus lienzos las leyendas de sus abuelos y bisabuelos, las historias de la región que lo vio nacer y crecer, pero también escapar de la policía, para luego convertirse en un artista de renombre.

—No sabía que me gustaba pintar, incluso me daba miedo. Mi primer acercamiento fue en la secundaria, cuando me iba junto con mis amigos a hacer graffiti, pintábamos las calles de manera ilegal. En varias ocasiones los vecinos y policías nos corretearon—, dice como quien se recuerda a sí mismo un instante feliz.

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Foto: Cortesía ​Estudio Carlos Bazán

Para Carlos Bazán lo que se vino después de ese primer encuentro con el arte fue mejor.

—Mi mamá me dijo, ‘si vas a hacerlo que sea bien’, me mandó a clases de pintura y me compró mis primeros acrílicos y acuarelas. Después hice mural, volví a pintar las calles, pero ahora de forma legal—, relata el artista, que también da talleres gratis para niños y jóvenes.

Brotar y florecer en “tierra seca”

Las pinturas del artista chocholteco son de gran formato, mínimo de un metro cuadrado y a través de ella imprime imágenes que cuentan historias, como la leyenda del Sapo y la Serpiente, que en la cosmovisión de la mixteca explica porqué Tamazulapan hay agua en abundancia, a pesar de ser una zona árida.

—Creo que desde el graffiti me gustó pintar en espacios grandes. Al principio plasmaba todo tipo de temas, pero después supe que quería contar nuestras leyendas. En el pueblo, los niños crecemos escuchando historias, de los nahuales o los curanderos.

A través de su arte, el oaxaqueño no sólo ha demostrado talento y una técnica aplaudida, sino también su capacidad de abstracción. Para capturar en una imagen la tradición oral de su tierra, que de forma específica sobre el pueblo chocholteco ya no se transmite en su lengua materna.

—Los últimos que hablan el chocholteco son nuestros abuelos o bisabuelos. Ellos nos cuentan que hace algunos años las personas del ayuntamiento les prohibieron hablar la lengua, si te escuchaban se burlaban de ti o te llevaban a la cárcel, por eso tuvieron miedo y ya no se lo enseñaron a sus hijos (…) Actualmente han intentado dar clases de chocholteco en algunas escuelas, pero hasta los mismos maestros, están en contra. No siguen tachando de indios, de personas que no razonamos—, lamenta.

Arte para los sentidos y la memoria

Carlos es un artista de talla internacional, su estilo ha sido reconocido por los equilibrios entre colores y la definición de las formas. Sus cuadros se pueden observar, pero también sentir, escuchar y hasta probar si necesidad de tocarlos, desde lejos.

Hasta ahora el oaxaqueño ha expuesto en diversas galerías y espacios de la República y el extranjero, como Estados Unidos. De forma profesional, dice, ha dedicado su vida al arte desde hace 6 años, en los que a diario dedica al menos 12 horas para pintar. Actualmente trabaja en un proyecto que de forma específica narre la historia de su tierra.

—Estoy emprendiendo un proyecto de unas 20 piezas, paisajes chocholtecos. El paisaje lo conforma todo, las personas, los animales, la naturaleza y también la lengua (...) Desafortunadamente ya no hay tiempo para revivir el chocholteco, pero al menos quisiera que quedara una prueba de que existió.

Ante lo que parece una inminente pérdida, sobre el habla de la que debió ser su lengua materna, la propuesta de Carlos es una: que el arte rescate, libere, pelee, narre y se vuelva parte también de la tradición oral.

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