Sobre el también activista, la publicación reseña que “es uno de los artistas mexicanos más fecundos de la época moderna y reconocido en 1998 con el Premio Nacional de las Artes por su labor incansable en el ámbito creativo y su activismo a favor de la naturaleza, los derechos civiles y el patrimonio histórico, mismo que lo llevó a protestar contra la apertura de un McDonald’s en el centro histórico de Oaxaca en 2002 con una “tamaliza” colectiva y a ganar esta batalla contra el gigante mundial de las hamburguesas”.
“Con 50 años de creación ininterrumpida, es fácil de reconocer. Su barba poco uniforme y cabello cano enmarañado son inconfundibles. Declarado enemigo de las definiciones y los métodos, se le reconoce por haber fundado espacios como el IAGO, el Centro de las Artes de San Agustín y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, entre otros en donde se preparan jóvenes promesas de la pintura, escultura, dibujo, fotografía, cerámica y diseño”.
Forbes señala que desde hace seis años “celebra a las mentes más brillantes y creativas del país en distintas disciplinas: desde el cine y el arte objeto, hasta la literatura, la arquitectura o la gastronomía”.