Desde hace 10 años, California se vuelve Oaxaca por un día

Es organizada por la asociación Lazos Oaxaqueños desde 2009, con esta fiesta buscan que sus hijos nacidos en Estados Unidos estén orgullosos de su identidad

Fotos: Cortesía
Sociedad 23/06/2019 11:00 Fernando Miranda Oaxaca de Juárez Actualizada 14:08

Desde 2009, San José, una ciudad del norte de California, se convierte en Oaxaca por un día cuando los sones, los bailes  y la gastronomía de las ocho regiones de la entidad  convergen  para celebrar la Guelaguetza en territorio estadounidense. 


Impulsada para mantener viva la cultura oaxaqueña entre los hijos de migrantes que viven en  Estados Unidos, este 2019  esta fiesta  cumple su primera década de vida; 10 años en los que, ante la imposibilidad de volver, Oaxaca es la que llega para abrazar a sus hijos.  


   Tomás González Bautista, director ejecutivo de la organización Lazos Oaxaqueños, cuenta que la idea de celebrar la Guelaguetza en esta ciudad californiana fue resultado del conflicto político-social que vivió Oaxaca en 2006. Fue entonces cuando un grupo de paisanos radicados en San José se reunió e hizo un llamado por la paz. 


    “A raíz de ese conflicto nos reunimos y mandamos una carta donde pedíamos a las dos partes que cesaran la confrontación, porque se estaba afectando a la cultura”, platica Tomás, quien llegó a Estados Unidos a los 15 años y actualmente es contador.


 Fue así como nació Lazos Oaxaqueños, la agrupación responsable de llevar un poco de la magia de la entidad a aquellos que no pueden volver a su tierra y que actualmente aglutina a 200 integrantes activos.  Tomás cuenta que el grupo no sólo se encarga de organizar esta fiesta,  su principal misión es funcionar como un canal de amistad para  oaxaqueños que llegan a  Estados Unidos. Lo mismo los ayudan a conseguir empleo que con trámites legales en los  consulados de San José y San Francisco. 


También se encargan de conseguir traductores para aquellos que  no hablan español y de facilitar las repatriaciones cuando alguno de ellos fallece. En estos años han apoyado con la repatriación de 25 paisanos y han ayudado en gestiones legales a unos 500.  

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 Que no muera la cultura

San José  es una ciudad agrícola,  lo mismo hay viñedos que plantaciones de todo tipo donde siempre se requiere de mano de obra, empleos que son tomados por migrantes que llegan de todas las regiones de Oaxaca, principalmente de la Mixteca. Una vez que el oaxaqueño llega, dice Tomás, lo primero que hace es generar lazos con paisanos de su región, con quienes comparte su tradición y su lengua. 


Muchos de ellos,  al no poder regularizar su estatus migratorio no pueden salir del país, por lo que se sumergen en la nostalgia. “Pocos pueden viajar, es por ello que en 2009 decidimos organizar la Guelaguetza y traerles Oaxaca por un día”, dice Tomás, quien calcula que cada año la fiesta reune a unas 3 mil pesonas, sólo 10% de ellos con estancia legal.


 En esta edición, participan 250 jóvenes que  representan a las ocho regiones. Tomás dice que todos son  nacidos en EU, a quienes desde chicos  les han  inculcado el orgullo por Oaxaca: “Mantenemos esa cultura desde el nacimiento para que nuestros hijos se sientan orgullosos de sus raíces, no importa que ni conozcan Oaxaca”, asegura.

Para Tomás lo anterior es importante en un contexto donde la discriminacion se ha convertido en una posibilidad. A pesar de ello, señala que en San José esta celebración es muy bien recibida por la población "anglo", quienes tiene. La posibilidad de conocer un poco de Oaxaca. Incluso, el originario de Lachirioag, en la Sierra Norte, afirma que cuentan con el respaldo de las autoridades de la ciudad, gobernada por democrátas, que incluso han decretado el Día del Oaxaqueño. 

Con esta confianza, Lazos Oaxaqueños contempla impulsar una propuesta para que la comunidad de paisanos que radica en california sea reconocida como una novena región, una forma de reconocer la organización autogestiva con la que desde hace una década se ha logrado hacer realidad la Guelaguetza, evento que requiere de una inversión de hasta 30 mil dólares, de los cuales no reciben uno sólo del gobierno de México o Oaxaca. 

 

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