Arte en totomoxtle ayuda a una mujer policía de Oaxaca a superar la violencia familiar
Eva, de 35 años, elabora muñecas de las ocho regiones de la entidad con hojas de maíz, bajo una técnica particular de bordado, las cuales incluso ha logrado exponer fuera del país
Oaxaca de Juárez.— Cuando era niña, Eva Vásquez Clemente, originaria de La Nopalera, comunidad de Santa María Colotepec, utilizaba las hojas del maíz de la cosecha de sus padres para cumplir con las tareas.
Ahora, a sus 35 años, es una reconocida artesana del totomoxtle, cuyas creaciones la han llevado a exponerlas fuera del país.
Hoy, agradece a su arte por haber podido superar la violencia. “Nacimos y crecimos en el campo, mis padres cosechaban maíz. Al no tener otro recurso, sacamos las hojas, mi mamá las utiliza para tamales y nosotros en la escuela. Ahí empecé a hacer flores, arreglos, para recuerdo o para adornar las ferias patronales”, recuerda.
Foto: Juan Carlos Zavala
Hace siete años, Eva llegó a la ciudad de Oaxaca, procedente de Puerto Escondido, huyendo de las agresiones que sufría a manos de su exesposo, pero esa violencia la persiguió y, por temor, continuó con su expareja. Él no la dejaba trabajar y tampoco la dejó ejercer su carrera de licenciada en Educación.
El hombre trabajaba para la Policía Auxiliar Bancaria, Industrial y Comercial (PABIC), así que por necesidad, y porque le agradó el oficio, también ella terminó entrando a la corporación.
“Él era muy celoso. Me violentaba, siempre me estaba vigilando, un hostigamiento muy feo. Ahí es donde decido y le cuento a uno de mis compañeros, cuando en una ocasión yo llego golpeada y llorando al servicio, y me dice que tengo que denunciar, no por mí, sino por mis hijas”, cuenta.
Finalmente, Eva lo demandó y se separó, para lo cual la corporación le brindó apoyo con el programa Mujer Segura. Han pasado cuatro años, logró quedarse con la custodia de de sus dos hijas, pero el temor hacia su expareja continúa.
Ahora, dice que hacerse cargo de sus hijas le da fuerza, pero también le ha ayudado a continuar con su arte que ha ido perfeccionado. Gracias a sus creaciones en totomoxtle ha participado en la Noche de Rábanos, tradición que se realiza en Oaxaca cada 23 de diciembre.
Las figuras que Eva elabora son muñecas representativas de las ocho regiones del estado que participan en la Guelaguetza.
Algo que la distingue de otras artesanas, explica, es la técnica de bordar el totomoxtle con la misma fibra.
Foto: Juan Carlos Zavala
“Es el plus que yo le pongo, porque ninguno de mis compañeros que participan en la Noche de Rábanos hacen ese trabajo detallado”, dice la artista, quien señala que, aunque no ha ganado el concurso, las personas que van siempre compran sus piezas y le dan motivación.
La muñeca que le representa menos dificultades, detalla, es la de Tuxtepec, donde bailan la Flor de Piña; entre las complejas están las chinas oaxaqueñas, porque además debe elaborarse la canasta, las flores, el bordado de la blusa y los listones de la falda.
En 2019, Eva obtuvo el tercer lugar con la Muñeca china oaxaqueña, elaborada de totomoxtle, pelo de elote y olote, en el octavo Certamen del Juguete Popular Oaxaqueño que organiza el Instituto Oaxaqueño de las Artesanías (IOAM).
En 2020, obtuvo el primer lugar en la edición número 20 del Premio Estatal de Arte Popular Benito Juárez, y nuevamente ganó el tercer lugar con su pieza Flor de Piña, en el noveno Certamen del Juguete Popular.
Sobre su trabajo como policía en la PABIC, afirma que le ha dado muchas satisfacciones, como “poder ayudar a las personas y servir a la sociedad”.