“Gracias a estas iniciativas, los niños se dan cuenta que no solamente se puede escribir en español los libros sino que también en nuestra lengua y que nuestra lengua tiene presencia en estos materiales”, expone Misael Hernández, profesor bilingüe e integrante del Colectivo Triqui, cuyo trabajo para la revitalización de la lengua se remonta a 2009.

Aunque el esfuerzo del colectivo ha significado la traducción de decenas de libros y la creación de otros tantos, lo más difícil es la impresión de las obras, reitera Misael Hernández.
“El proceso de impresión es lo más difícil, porque de las instituciones que creemos que deberían de apoyar estas iniciativas, no lo hacen. Entonces, nosotros hacemos esfuerzos, pero a veces se ocupan justo otra parte que nos apoye en las impresiones”.
Entre los esfuerzos, el colectivo participa en la biblioteca móvil con acervo que va desde novelas, cuentos, de consulta, además de materiales didácticos y juegos, así como un telescopio y cine. La unidad lleva consigo cuatro libros impresos en la lengua nânj nï'ïn.
“Lo que hacemos es ir a las comunidades entre semana. En las mañanas se trabaja con las escuelas y por la tarde se invita al público en general para que lleguen los niños acompañados de sus papás, algunos jóvenes que quizás estudian fuera y que ya por la tarde pueden participar de las actividades de la biblioteca móvil”.

“Es una gran oportunidad para quienes alfabetizan a los niños en la lengua triqui; decimos que son libros para los primeros lectores, aunque también es para adultos, que por primera vez tienen contacto con la escritura triqui”, explican los integrantes del colectivo.
“Detrás de todos estos esfuerzos está un equipo que trabaja con mucho entusiasmo, pues todos le tienen pasión a la lengua. Estamos apostando a hacer más actividades para revitalizar y fortalecer nuestra lengua, darle esa fuerza que necesita y mirar desde otro ángulo, desde un contexto donde la lengua tiene que preservarse durante muchos años”.
Misael Hernández señala que, para muchos estudiantes, es la primera ocasión que muchos niños hacen contacto con un libro diferente al libro de textos, sin embargo, las instituciones bilingües no cuentan con servicio de una biblioteca, por ello, insistió en que deben de apoyarse en la impresión de más libros.
“Si en la escuela no hay libros, mucho menos en la casa estamos seguros que con las estrategias de promoción a la lectura que los promotores de la biblioteca móvil coordinan con los maestros de los diversos centros educativos en pocos años tendremos en nuestra región muchos lectores autónomos”, abunda el docente.
En la creación de los libros, así como en otras actividades que impulsan el fortalecimiento de la lengua, el colectivo coordina sus actividades con la asamblea comunitaria y la autoridad municipal, “son quienes ayudan a encaminar los proyectos”, agregan.