Su repertorio va desde música tradicional de Talea y de la región, así como clásica, cumbia, baladas y hasta la lambada.
“Tener una orquesta en Talea es una opción para que las infancias y las juventudes fortalezcan sus raíces y sepan la importancia de vivir en comunidad. La Orquesta va para 4 años desde que volvió a reorganizarse y volver a funcionar”, comenta una de las madres de familia.
Antes de reorganizar la orquesta, pasaron cerca de siete años en los que sólo la banda filarmónica Infantil y Juvenil Unión y Progreso, tocó en Talea. “Unos salieron a estudiar, otros a trabajar y ya no hubo quien se hiciera cargo de gestionar y de convocar para que funcionara la orquesta, pero entre las cosas buenas que dejó la pandemia es que ahora los niños forman parte de esta agrupación”.
“Son los que alegran este pueblo”, dice sonriente una de las personas que los escucha desde las gradas del palacio municipal mientras tocan la lambada.
Entre risas, Isis Guadalupe señala “me gusta porque se oye muy bonito”, aunque en un futuro también le gustaría tocar el clarinete o el violín; es una de las estudiantes que se integró de desde las primeras clases.
El largo repertorio de las piezas que tocan los músicos de la “Orquesta Recreación y Trabajo” incluye: “la marcha de Talea de Castro”, “el danzón de Talea a Nueva York”, “el vals”, “momento feliz”, “mi linda Taleanita”, entre otras piezas que fueron compuestas para la comunidad.
Berenice Miguel Santiago, madre de otra de las violinistas de apenas 10 años, expone que la música fortalece la identidad de esta comunidad zapoteca, porque “quienes participan también hacen comunidad, cuando los invitan a tocar en algún festejo, velorio, fiesta patronal, u otras fiestas”. Así, dice convencida, se fortalecen las tradiciones y costumbres del pueblo, como parte de su identidad. “No sólo son espacios de aprendizaje y formación, sino de convivencia, recreación y amistades”.
El rostro de los pequeños cambia conforme van pasando las piezas. Los más pequeños, que aún no tocan ningún instrumento, fijan la mirada en las manos de sus compañeros. Pues dice el profesor que están aprendiendo solfeo y aun les falta para integrarse.
Entre las características de la orquesta de Talea destaca que está integrado por violines, chelos, violas y contrabajos, además de instrumentos de aliento.
Desde siempre, la música ha sido parte de la identidad de Talea de Castro. Cuando se conformó la orquesta cerca del año 1940, las personas buscaban en qué ocuparse después de sus actividades del campo, entonces surgió la agrupación, gracias a un sacerdote que facilitó el aprendizaje a la música y algunos instrumentos.
Esperanza Cristóbal, actual presidenta de la directiva, cuenta que la agrupación fue por una necesidad, por ello, tratan de mantener el espacio de manera gratuita y abierta para toda los infantes y juventudes. De la misma manera que la banda filarmónica municipal.
“Es un grupo de música para todos, acá los padres de familia no pagamos ni un peso para que aprendan nuestros hijos. De las necesidades se encarga la directiva, y nosotras las apoyamos”, comenta Diana García, exintegrante de la directiva de la Orquesta y madre de una de las estudiantes del violonchelo.
Cuando fue fundada la agrupación, también fue donado un espacio para construir una casa para que los músicos pudieran ensayar. Ese lugar es el mismo que se conserva hasta la fecha, pero ahora esta desgastado, la madera tiene polilla, las paredes se desprenden y tiene grandes grietas que pueden caerse en cualquier momento.
Los integrantes de la actual directiva exponen que debido a que la orquesta es autónoma, los recursos no dan para construir otro espacio, aunque ya han pedido el apoyo al gobierno del estado, este ha sido muy lento y no saben cuándo ocurrirá la demolición y construcción.
“Por ejemplo al maestro se le da una pequeña contribución, y lo poco que se genera también se usa en algunos gastos y necesidades urgentes”, destacan los integrantes de la directiva.
“Entre las necesidades urgentes que tenemos es conseguir otro lugar para cambiarnos, si alguien tiene uno, será de gran apoyo; Se metió un proyecto para la demolición y construcción del espacio con el gobierno del estado. Ya vino el personal de Sinfra a valorar el área, pero no sabemos cuándo le darán continuidad”, explica Diana García Ríos, exintegrante de la mesa directiva y madre de una estudiante de violonchelo.
La Sierra Norte de Oaxaca es conocido por la diversidad de bandas filarmónicas y sinfonías que involucran a la niñez y a los jóvenes, agrupaciones que viven en condiciones similares, un centenar de ellas sin presupuesto del Estado para fortalecer sus necesidades, pese a que la Secretaria de Cultura y Artes de Oaxaca está obligada a “garantizar el acceso y ejercicio de las y los Oaxaqueños de sus derechos culturales”.
Son más de las 8:00 de la noche y los jóvenes música siguen ensayando en el reducido espacio, donde apenas caben los instrumentos. Apretados, unos contra otros y con el sudor en sus mejillas, escuchan atentos cuando el director de la Orquesta, Aldo Iván, los corrige una y otra vez, porque saben que en la voluntad de su disciplina radica el futuro de su orquesta.