En el escenario en el que los cubanos buscan llegar a territorio estadounidense a toda costa suelen ser detenidos en cualquiera de las vías de transportación marítima, terrestre o aérea; y cuando ponen un pie en alguna de las estaciones migratorias del país, como las Tapachula, Tapanatepec, La Ventosa, Huatulco y Oaxaca capital, es ahí en donde aparecen los “falsos gestores”.
“No se vale, no se vale”, señala Solalinde Guerra, al referirse que encima de cuidarse de los coyotes locales, de los traficantes regionales y las bandas criminales que comercializan con los migrantes, ahora hay necesidad de tolerar una nueva plaga de quienes se dicen abogados y abusan de la vulnerabilidad de los cubanos y también los venezolanos.
Con esa experiencia y otras similares, el sacerdote Solalinde Guerra anunció que solicitará al gobierno federal que a través del INM se modifique la atención a los migrantes, de manera especial a los cubanos y venezolanos, para que sean protegidos de los abogados y coyotes mafiosos.
Personalmente, añade Solalinde Guerra, he conocido denuncias en contra de abogados y de agentes migratorios, quienes amparados en la protección de sus padres y padrinos, trafican con los migrantes, facilitan a los abogados que intervengan, como los que, hace unas dos o tres semanas, me pidieron que firmara una responsabilidad por los que irían al albergue.
Esos números de migrantes solicitantes del estatuto de refugiados, analiza Solalinde Guerra, no corresponden a la estadística de los que abandonan sus países por hambre o violencia, en el caso de Venezuela o Nicaragua “sino que tiene que ver con el añejo proceso de reunificación familiar”, explica.
El sacerdote insiste en que el gobierno de la 4T debe cambiar su política migratoria por una que respete los derechos humanos y facilite, en su caso, la integración de los migrantes al territorio mexicano, incluyendo al Istmo de Tehuantepec.