Desde Oaxaca, Haydee Ramos busca inspirar a niños a ponerle voz a su realidad a través de la poesía

Su poema “A los 8” fue seleccionado en el concurso Alas y Raíces de la Secretaría de Cultura para ser impreso y publicarlo a nivel nacional; la obra ha logrado conectar con los lectores gracias al recuerdo de un amor muy especial preservado en cada palabra, afirma.

Desde Oaxaca, Haydee Ramos busca inspirar a niños a ponerle voz a su realidad a través de la poesía
Fotos: Cortesía
Sociedad 27/03/2021 12:08 Juan Carlos Zavala Oaxaca Actualizada 12:08

Oaxaca de Juárez.— La historia en los versos de “A los 8”, poema seleccionado en el concurso Alas y Raíces de la Secretaría de Cultura federal, tiene una entraña autobiográfica de su autora, que abarca desde la raíz paterna, el origen de sus letras, hasta un enigma del número ocho: ocho, porque fue la cúspide de su infancia, cuando la memoria es más fresca, y con lo simbólico, porque a los 88 años de edad murió su abuela, y también hay un ocho en el año de su nacimiento, en un mes ya olvidado de 1918.

Tras un largo proceso que inició en 2007, el poema “A los 8”, de la escritora Haydee Ramos Cadena, fue seleccionado para ser impreso y publicado a nivel nacional, editado dentro de la colección La Lagartija.

De esta manera, ahora sí, el libro empieza a volar por aires mexicanos, porque la primera impresión de Cultura de Oaxaca fue un tiraje pequeño y a nivel local, “ahora espero que el libro agarre camino y que vuele”, expresa la poeta en entrevista con EL UNIVERSAL.

Haydee nació en la Ciudad de México y lleva 10 años radicando en Oaxaca; estudió Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y llegó a esta entidad por un taller del escritor Francisco Hernández, en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).

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En su inclinación por la literatura tuvo mucho que ver su padre, Juan Daniel Ramos, quien desde niña le regalaba muchos libros infantiles, los cuales en algún momento de su vida también comenzó a comprar y coleccionar; así también, recuerda que fue gracias a unos cassettes con declamaciones con los que conoció un arte hecho de letras.

Incluso, su formación viene de aún más atrás, de su abuela Consuelo Sánchez, una mujer que llegó a la Ciudad de México por los años cuarenta, procedente de Veracruz, que no sabía leer ni escribir y que tenía “unas maneras muy particulares de descifrar el mundo donde ella se desarrolló e hizo crecer su familia”.

“Mi abuela dice que cuando / los pájaros la trajeron a la ciudad / le pusieron plumas en su espalda: / dos alas arcoíris que la sujetaron, / cuando caía, / Aleteaba más fuerte, / su corazón era como de águila / para encontrar su hogar./ Cuando lo encontró, / con trabajo supo la letra A / y trastabillando pudo leer “ca-sa”. / El tiempo apremiaba trabajar, / llevar los niños a la escuela. Ella no pudo sentarse en un pupitre / con una maestra, / porque lavó en casa ajena: la ro-pa”, se lee en un fragmento del poema.

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Honestidad

Haydee detalla que en el proceso de escritura de A los 8, se hizo y rehizo muchas veces el libro, y en cada palabra se detuvo para darle sentido de la memoria de su propio ser.

Esto, dice, tal vez explique la razón por la que muchos lectores de A los 8 se conecten con él, porque “no es la única que ha tenido una abuela amorosa ni a la única que le han regalado un café, ni a la única que le han cuidado con ese peculiar cariño.

“Creo que ahí se fue dando esta conexión, que sin hacerlo sentimental, simplemente al ponerle cuerpo a la memoria, a la belleza del recuerdo que tenía; eso creo que al final se logró”.

La poeta nunca pensó que terminaría escribiendo poesía o literatura para la infancia; fue un descubrimiento que surgió en su camino y la honestidad juega un papel importante en su proceso creativo.

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Para ella, la poesía también es nombrar eso que está ahí y es parte de nosotros; ponerle voz y sentimientos a temas que no solían ser abordados en la literatura infantil.

Ahora, advierte, se ha abierto un gran campo y una gran esfera de escritores que abordan temáticas que no se tocaban hace 10 años para la infancia, y que desafiará ciertos cánones, como el sólo usarla para enseñar, o para un fin práctico, didáctico, o como un tema de moral o valores.

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