Oaxaca de Juárez.— Mientras en
redes sociales se difunde el
"boicot" a empresas como
Coca Cola, por manifestar su respaldo a las
políticas anti migrantes del presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, las cifras señalan que
Oaxaca es uno de los
consumidores más frecuentes de
refrescos.>>
Datos de la Universidad de Yale, México es el primer consumidor de refrescos en el mundo con un promedio de 163 litros por persona al año; 40% más que Estados Unidos, que, a su vez, ocupa el segundo lugar con 118 litros.>>
Por su parte, el Instituto Nacional de Salud Pública, precisa que siete de cada 10 niños en comunidades rurales desayunan con refresco; entre 1999 y 2006 se triplicó el consumo de bebidas azucaradas entre los adultos mexicanos, y justamente este sector de la población que los consume de manera ocasional son 15 por ciento más propensos a padecer obesidad.>>
El Inegi destaca que los municipios con el mayor porcentaje de población de 20 años o más con diagnóstico previo de diabetes fueron: General Plutarco Elías Calles, Sonora, con 31.7 % y en segundo lugar, Matías Romero Avendaño, Oaxaca.>>
Y es que, un mexicano consume 66.0% más azúcar respecto al promedio diario que promueve la OMS. El consumo de estas bebidas producen obesidad y enfermedades como la diabetes; en promedio, una familia mexicana destina 10% de sus ingresos totales a la compra de refrescos, 24% a otros alimentos y bebidas, y el resto a otro tipo de consumo personal.>>
Aunque a nivel nacional, Chiapas es el estado que consume más Coca Cola, lo que lo posiciona como el consumidor número uno en el mundo; los datos revelan que Oaxaca es un consumidor frecuente de Coca Cola, en México.>>
Fue en el año 2020, cuando a través de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, quedó prohibida la “comida chatarra” a infantes y adolescentes de Oaxaca, pues se estimaba, en ese año que 5,432 menores de 10 años padecían obesidad infantil en la entidad.
Aunque el decreto está vigente y prohíbe vender, regalar y suministrar "bebidas azucaradas y alimentos envasados de alto contenido calórico en instituciones educativas públicas y privadas de educación básica", a la fecha, las autoridades no garatizan su cumplimiento.