Guendalizá, la “Guelaguetza” que celebra a los pueblos del Istmo y recuerda la primera insurrección indígena

Esta idea se bautizó el 22 de marzo de 1999 como Guendalizá, que significa hermandad. Y el formato, parecido al que se emplea en las fiestas de la Guelaguetza, se estructuró como una especie de encuentro dancístico y cultural entre los cinco pueblos originarios

Guendalizá, la “Guelaguetza” que celebra a los pueblos del Istmo y recuerda la primera insurrección indígena
Foto: Cortesía
Sociedad 21/03/2021 12:27 Oaxaca Actualizada 12:27

Santo Domingo Tehuantepec.— El 22 de marzo de 1660 se desarrolló en la provincia de  Tehuantepec una insurrección indígena, la primera que se ejecutaba en la Nueva España por parte de los nativos de la región contra los administradores  de la Corona Española que los explotaban con pesados tributo y los maltrataban de grande manera. La rebelión les dio una autonomía sólo un año y dos meses, con la instauración de un Cabildo de indios, pero después los volvieron a someter.

Ese pasaje histórico que sucedió en  lo que hoy es la ciudad de Santo Domingo Tehuantepec se recuerda con gran orgullo en las escuelas y en actos conmemorativos  de la población gracias a cronistas, historiadores  y  personas que han buscado contribuir al rescate de la memoria del pueblo. 

Ese es  el caso del escritor Mario Mecott Francisco, quien  junto con otros interesados en proyectar y preservar la cultura de Tehuantepec  decidieron honrar la rebelión de sus antepasados todos los años a través de un encuentro étnico de los pueblos que habitan la región istmeña. Una tradición que ha sobrevivido por más de dos décadas y que ni la pandemia detuvo.  

Esta idea se bautizó  el 22 de marzo de 1999 como Guendalizá, que significa hermandad. Y el formato, parecido al que se emplea en las fiestas de la  Guelaguetza,  se estructuró como una especie de encuentro dancístico y cultural entre los cinco pueblos originarios  que conviven en el Istmo: los chontales, ikoots, ayuujk (mixes), zapotecas y zoques. Además, se cuenta con   la cultura mixteca, que tiene una pequeña presencia en la zona.

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Foto: Cortesía

La primera vez que se llevó a cabo   esta nueva fiesta de la hermandad se realizó en la parte exterior del palacio municipal de Tehuantepec. Para el segundo año se realizó en la ribera del río Tehuantepec,  con la intención de mostrar la grandiosidad del río y buscar su rescate de la contaminación. 

Varios años después, la calle que se encuentra entre el palacio y el parque central se convirtió en su sede oficial  hasta 2019. Este año, debido a la pandemia por Covid-19, la celebración se realizó en una  plataforma digital.

Convivencia.  En la región del Istmo de Tehuantepec sólo existe otra reunión étnica  con mucho más sincretismo, la que se realiza entre los pueblos de  Guevea de Humboldt y Santo Domingo Petapa  todos los  24 de julio de cada año, para celebrar  la hermandad en la Sierra Mixe-Zapoteca  y a sus respectivos santos patronos : Santiago Apóstol y Santo Domingo de Guzmán.

En cambio, el  Guendalizá  podría entenderse como una fiesta “moderna” que ha pasado por seis etapas. La primera  denominada Encuentro Étnico del Tehuantepec, que  se celebró la primera vez con la participación de 166  músicos y danzantes de los pueblos ikoots, chontales, zoques, zapotecos, mixes y los mixtecos. 

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Para la segunda etapa se invitó a dos delegaciones del estado de Oaxaca, y en  la tercera etapa ya se incluyó a dos estados de la República; mientras que  en la cuarta se agregaron dos países de Centroamérica: Guatemala y El Salvador, para la quinta etapa se sumaron Honduras y Nicaragua. 

Hoy, que está en su sexta etapa, se denomina Encuentro Étnico Mesoamericano de la Danza.  

“Comenzó como algo pequeño, como una forma de recordar, homenajear a los hombres y mujeres indígenas de la rebelión de 1660 y también para darle un impulso turístico al municipio que se encuentra entre Juchitán, centro comercial, y Salina Cruz, centro industrial”, expone  el organizador, Mecott Francisco en entrevista.  

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Foto: Cortesía

El escritor explica que en los 22 años  de vida que lleva esta celebración, se ha logrado crecer mucho, pues se  pasó  de seis a 12 delegaciones. “Es un proyecto que  creció y traspasó fronteras hasta tener como invitados a cuatro países centroamericanos, pero estos seguirá creciendo”, asegura.  

Entre las intenciones de sus impulsores destaca el deseo de que  el Guendalizá sea el mayor encuentro étnico de todo Mesoamérica, teniendo como ombligo el Istmo de Tehuantepec, lo que implica  que sea aún más grande que la Guelaguetza u otro encuentro étnico. Antes de la pandemia, iban por buen camino, pues el encuentro  llegaba  a reunir en el  escenario hasta a 400 músicos y danzantes, y a  cientos de espectadores.

Sobrevivir a la pandemia. La llegada de la pandemia de Covid-19 al territorio estatal, que confirmó sus primeros casos el 14 de marzo de 2020, se convirtió en uno de los primeros obstáculos a superar para el Guendalizá, pues  las    medidas adoptadas por la contingencia sanitaria  obligaron a suspender todo el evento ese año, pese a que ya estaba todo pagado y a días de ser montado. 

Para no correr con la misma suerte este año,  se planeó que el Guendalizá se realice desde el espacio digital, a través de una transmisión en el canal estatal CortTV. Para ello se realizó   una grabación previa de nueve  delegaciones en sus respectivas comunidades, cada una  mostrando sus danzas.

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