“En México los obispos, arzobispos y superiores de congregaciones religiosas que encubren a sacerdotes pederastas se mantienen en el poder impunemente”, aseguraron.
Carlos Franco P. M. logró la protección de la justicia para no ser detenido, pero en febrero de 2017 el Cuarto Tribunal de Distrito revocó el auto de libertad que se le había otorgado y desde entonces fue considerado prófugo al no presentarse voluntariamente ante la justicia.
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Dijo que presumiblemente los obispos están siendo investigados bajo la ley de responsabilidad emitida por el Papa en 2019, “Vos estis lux mundi”. Pero la franqueza del papa Francisco es necesaria, según Barrett Doyle, porque los funcionarios de la Iglesia mexicana están entre los más opacos del mundo.
“Normalmente los nombres de los abusadores y los registros secretos de abuso en la iglesia se hacen públicos sólo después de presiones externas como demandas civiles, investigaciones seculares e indagaciones gubernamentales. Pero en México parece haber muy poco de esto”.
Reordó que en 2020, “Crux”, medio de información digital, informó que observadores tanto de México como del Vaticano estimaban que el 50% de los obispos mexicanos habían manejado de manera inadecuada las denuncias de abuso y algunos continúan haciéndolo en la actualidad.
A pesar de prometer "tolerancia cero" hacia el abuso, los jerarcas católicos mexicanos permiten que muchos sacerdotes acusados permanezcan en el ministerio.
“Los obispos mexicanos dicen que se adhieren a una política de ´tolerancia cero´, pero se demuestra lo contrario con las estadísticas dadas a conocer por el nuncio apostólico Coppola, quien se fue de México en enero de 2022”.
En el informe también se asegura que bajo ciertas condiciones, la Iglesia mexicana permite a sabiendas que los abusadores de niños retomen sus puestos activos.
“Esto no es tolerancia cero. Hasta que todos los clérigos culpables sean removidos permanentemente del ministerio en México, las parroquías católicas, las escuelas y los hospitales seguirán siendo un lugar inseguro para los niños y adultos vulnerables”, dijo Barret Doyle.
Los jerarcas religiosos acusados de encubrir a sacerdots pederastras, según Anne Barrett, son los siguientes:
• Felipe Aguirre Franco, arzobispo emérito de Acapulco y Fabio Martínez Castilla, Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez Chiapas
- Casos de religiosa Silvia López Pérez y religioso Salvador Valadez Fuentes (Fundadores de las Discípulas de Jesús Buen Pastor)
• Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo emérito de San Luis Potosí
- Caso de Córdova Bautista.
• José Luis Chávez Botello, arzobispo emérito de Antequera-Oaxaca
- Caso de Gerardo Silvestre Hernández
• Enrique Díaz Díaz, obispo de Irapuato
- Casos de Rubén Herrera Luna, Jorge Raúl Villegas y Pedro Gutiérrez Farías (La Ciudad de los Niños)
• Alonso Gerardo Garza Treviño, obispo de Piedras Negras
- Caso de Manuel Riojas Martínez
• Jonás Guerrero Corona, Obispo de Culiacán
- Caso de López Valdés
• José Martín Rábago, Arzobispo Emérito de León
- Casos de José Luis de María Campos López y Jorge Raúl Villegas
• Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo emérito de México
- Casos de Luis Fletes Santana, Nicólas Aguilar-Rivera y Carlos López Valdés
• Gerardo de Jesús Rojas López, Obispo de Tabasco
- Caso de Carlos Francisco Alejo Oramas R.
• Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo Emérito de Guadalajara
- Casos Ávila Avelar y Córdova Esparza
• José Guadalupe Torres Campos, Obispo de Ciudad Juárez
- Casos de Aristeo Baca
• Javier Navarro Rodríguez, Obispo de Zamora